Bruselas.- La Unión Europea ha iniciado esta semana el proceso para la adhesión de Ucrania, Moldavia y Georgia pero no hay consenso entre los líderes europeos para la incorporación rápida que ha pedido el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
Desde que el líder de Ucrania firmó la carta el pasado 28 de febrero solicitando a Bruselas su ingreso en la UE hasta que se ha puesto en marcha la maquinaria han transcurrido solo siete días, todo un récord si se observa la experiencia con los Balcanes Occidentales.
Montenegro formalizó su petición el 15 de diciembre de 2008 y hasta el 23 de abril de 2009 los países de la UE no pidieron a la Comisión Europea que valorara la candidatura, elaborando el informe previo a concederle el estatus de país candidato, recordaron esta semana fuentes europeas.
Albania presentó la suya el 24 de abril de 2009 y hasta el 16 de noviembre de ese mismo año, la UE no puso en marcha el proceso y Serbia, por ejemplo, envió la carta el 19 de diciembre de 2009 y no fue hasta el 25 de octubre de 2010 cuando se ordenó cursar la demanda.
Bruselas ha recibido el encargo de valorar si Ucrania, Moldavia y Georgia cumplen los criterios de adhesión, que pasan por el respeto a los valores fundamentales de la UE, la existencia de instituciones que garanticen la democracia y que disponen de una economía de mercado.
Sin embargo, no existen plazos para que la Comisión elabore su análisis, que requiere desplegar a funcionarios sobre el terreno.
«Fortaleceremos aún más nuestros lazos y profundizaremos nuestra asociación para ayudar a Ucrania a seguir su camino europeo. Ucrania pertenece a nuestra familia europea», recoge la declaración de los jefes de Estado y de Gobierno de la UE tras la cumbre del jueves y el viernes en Versalles (Francia).
No obstante, el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, uno de los máximos valedores de la incorporación a la UE de una nueva república exsoviética, confirmó a la prensa que «no fue posible» llegar a un acuerdo para otorgar a Ucrania el estatus de país candidato cuando Bruselas termine su informe, decisión que requiere la unanimidad de los Veintisiete.
«No existe un camino rápido. (…) Esto durará meses, quizás años, fijémonos en lo que podemos hacer en el corto plazo y ver qué podemos hacer ahora para profundizar la relación», dijo el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, cuyo país fue de los primeros en mostrar sus reticencias a la adhesión de Kiev.
PARLAMENTO EUROPEO
Todo lo contrario que pide el Parlamento Europeo, que por una amplia mayoría de 637 votos a favor, 13 en contra y 36 abstenciones, ha aprobado una resolución para «conceder a Ucrania el estatus de candidato a la UE».
«Estamos ante una situación extraordinaria donde un nuevo telón de acero ha caído sobre Europa, donde Europa tiene que reaccionar ante un reto extraordinariamente grave en que una potencia nuclear ha violado las normas que regían la relación entre las naciones», dijo a EFE el eurodiputado del grupo liberal Javier Nart.
«Es evidente que debemos inmediatamente dar estatus de candidato a estos tres países», aseguró, abogando porque «la cuestión técnico-burocrática, no puede frenar» el proceso, que para él, indudablemente, debe terminar con la adhesión de los tres países.
Para Nart, «el capítulo fundamental es la gobernanza, la lucha contra la corrupción e independencia judicial y los capítulos económicos, tendríamos que ser mucho más flexibles ante la extraordinaria situación que se ha creado».
«El mundo está polarizando entre democracias y regímenes autoritarios. Tenemos que dar una posibilidad a aquellos cuyas sociedades están mayoritariamente pidiendo formar parte de las democracias. Qué menos que darles esa candidatura», defendió el eurodiputado y secretario general del Partido Popular Europeo, Antonio López-Istúriz, también en declaraciones a EFE.
En su opinión, ya no se trata solo de un respaldo político, sino que la condición de candidato permite a la UE desembolsar fondos, condicionados a reformas.
«Si queremos ser un actor global en el mundo, a veces hay actuar de esta forma menos burocrática y más política», argumentó a EFE el eurodiputado del PSOE Nacho Sánchez Amor.
En la misma línea que la Eurocámara, Ignacio Molina, investigador del Real Instituto Elcano, cree que «como elemento de reacción a la invasión rusa, tiene sentido» que la UE cambie su «visión de la política de vecindad, que estaba pensada, en gran parte para calmar a Rusia».
Más allá de la disposición a financiar con presupuesto comunitario el envío de armas a Ucrania, la cooperación con Kiev puede consistir, según fuentes europeas, en profundizar el Acuerdo de Asociación firmado en 2014 y que entró en vigor tres años después.
El mismo que originó en la capital de Ucrania la revuelta del Maidán cuando el expresidente Víktor Yanukóvich se negó a firmar el pacto para profundizar los lazos con Rusia y que culminó con su huída del país. EFE