Necesitamos que nos hierva la sangre

Karina López Pino

A una gran mayoría nos “hierve la sangre” al evidenciar constantemente que el mundo se desploma frente a nosotros: ¿Hacemos algo para mejorar o nos hemos quedado paralizados? 

Nos sentimos tan impotentes al mirar que a lo bueno llaman malo y a lo malo, bueno. En fin, la queja y el enojo a nada productivo nos podrá llevar, de allí que esas sensaciones que nos sacuden con fuerza deben llevarnos a un enfoque de cambio. Y sí, definitivamente necesitamos consciencia para recuperar los valores, la esencia del ser humano, la sensibilidad, la cordura y el amor.  Los años 2020 y 2021 han sido bastante difíciles acorde al contexto mundial con una economía pobre, carente de fuentes laborales y de políticas públicas que garanticen el derecho y bienestar de todos.

La salud mental es uno de los problemas sociales de estos tiempos modernos, pero pareciera que nos estamos acostumbrando a vivir enfermos, solo esta justificación puede dar piso a una posible guerra nuclear entre países “civilizados”. Si esto llegase a suceder la humanidad retrocederá y difícilmente podrá tener días esperanzadores para esos inocentes que heredarán un planeta estéril, oscuro, de peste, hambre y muerte; todo esto por la falta de cordura de unos gobernantes ambiciosos, indolentes e irrespetuosos con la vida y con la paz.

No sé qué está pasando con el “ser racional” nutrido de conocimientos, pero también más vacío, más frío, más depredador, más deshumano; se acostumbró a matar a los animales y talar árboles (irrespeto a la naturaleza), a seres inocentes que aún no han nacido (ley del aborto), a hacer bulling a aquel que es diferente y a matar a sangre fría en nombre de la “paz y el progreso”.

Culpables somos todos, por la irresponsabilidad de haber perdido los valores y esa reverencia a Dios, quien teme a Dios jamás podría a atreverse a tantas atrocidades; estamos obligados a dar cambios pequeños, pero positivos para sanar a una humanidad irreverente. (O)