Los líderes y representantes indígenas de los nueve países de la cuenca amazónica se dieron cita este lunes en Quito para pedir a los Gobiernos y al mundo que garanticen la protección del 80 % del considerado como el pulmón el planeta para el año 2025.
Reunidos por primera vez de manera presencial desde el inicio de la pandemia, los integrantes del consejo directivo de la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica) abrieron el encuentro de dos días en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, con el que conmemoran sus 38 años de fundación.
«Queremos una mejor vida para nosotros, para nuestros territorios, para la selva, pero también queremos convivir con la sociedad de nuestros países y pedirle al mundo que nos ayude a salvar la Amazonía», manifestó en una rueda de prensa inaugural el coordinador general de la Coica, el venezolano Gregorio Mirabal.
MÁS DE 500 PUEBLOS INDÍGENAS
Con más de 500 pueblos y nacionalidades indígenas repartidos por los 9 países que conforman esta región selvática (Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú, Brasil, Venezuela, Surinam, Guyana y Guayana Francesa), la organización debatirá los principales retos que afronta la Amazonía y urgirá a proteger el 80 % del territorio para garantizar la continuidad de las actuales y futuras generaciones.
Mirabal alertó de que el bosque tropical más grande y con mayor biodiversidad del planeta está llegando a un «punto de no retorno» por las acciones u omisiones de los estados, que en su mayoría reconocen la plurinacionalidad y defienden políticas ambientales, pero consideró que en la práctica estos reconocimientos quedan en papel mojado.
«La Amazonía tiene nueve corazones, nueve frentes de lucha. Manifestamos una preocupación al mundo de que todavía, en pleno siglo XXI, se está destruyendo la selva amazónica con proyectos que no son sostenibles contra el agua, las montañas, la selva, la sabiduría, y las leyes que están criminalizando a nuestros pueblos», remarcó Mirabal.
Tras dos días de trabajo, los líderes indígenas de los países amazónicos tiene previsto emitir un pronunciamiento con demandas a los Estados y organismos internacionales a los que solicitarán la paralización de las actividades extractivas en los territorios ancestrales.
La representante de la Guayana Francesa, Claudette Labonté, consideró una «deuda histórica» la que sigue manteniendo su nación con los pueblos originarios, que dijo, no son «reconocidos».
«A todo el mundo le preocupa esta lucha y creo que es hora de que los Estados ofrezcan más que bonitas palabras y empiecen a demostrar que también son parte y se unan a la causa indígena», manifestó.
ECUADOR FRENTE AL EXTRACTIVISMO
Como representante del país anfitrión, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), Marlon Vargas, aprovechó para censurar la amenaza que representan las prácticas extractivas.
«Hacemos énfasis en lo que está pasando en la Amazonía ecuatoriana: la amenaza permanente del extractivismo por parte de petroleras, mineras, hidroeléctricas», denunció, al tiempo que puso en valor como revulsivo la iniciativa de las Cuencas Sagradas, que promueve la protección del territorio selvático entre Ecuador y Perú.
En la comparecencia intervino Marc Palahí, director del Instituto Forestal Europeo y líder de la Alianza de Bioeconomía Circular, fundada por el príncipe de Gales, bajo la «Iniciativa de Mercados Sostenibles».
Palahí subrayó que el objetivo de la misma es acelerar la transición ecológica de la mano de las comunidades originarias.
«La Coica y las comunidades indígenas han de jugar un papel central en esta Alianza y en esta transición ecológica. Entendemos la bioeconomía circular donde la vida, y no el consumo, pase a ser la razón de ser y principal motor de cambio», comentó. EFE