No sorprende que quienes se proclaman anti derechos, utilicen los principios de derechos humanos para defender sus posiciones. La incoherencia en los discursos y en las prácticas de vida son el pan nuestro de cada día, más aún en quienes no reconocen su posición de privilegio sobre otros.
Pero, que un presidente utilice el principio de igualdad como un argumento para vetar una Ley, desconociendo totalmente los fundamentos de los derechos humanos, así como la realidad en que vive su pueblo, es espeluznante. Sus argumentos son mezquinos y desde esa mezquindad nos gobierna.
La equidad es el camino a la igualdad, mientras no eliminemos las brechas de acceso a servicios, recursos y justicia, no podemos hablar de que esta exista. La igualdad no se regula creyendo que a todos se aplica la misma medida, las mujeres rurales, niñas y adolescentes, no tienen los mismos conocimientos, servicios o recursos que mujeres urbanas, adultas o que sectores más privilegiados. Reconocer esta relación es cuestión de sentido común, que parece les falta a muchos. (O)
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