Sea en un entrenamiento o en competencia, el agua, es el uno de los elementos con importancia en la vida de un deportista. Así lo afirma el entrenador de atletismo de la provincia, Julio Chuqui.
“Todo el movimiento de un ser humano implica la pérdida de líquido. El caminar, el correr, incluso, al respirar el cuerpo tiene una perdida de fluidos, más aún, en la actividad física tanto recreativa o a nivel élite (Alto Rendimiento)».
De acuerdo al docente de la Universidad Politécnica Salesiana (UPS), la poca cantidad de agua en los atletas, ya no se recupera solo tomando este elemento sino se involucran otros componentes para evitar la deshidratación.
Además Chuqui indica que “la falta de líquidos en un deportista implica varios factores, entre ellos, el clima, pues la humedad influye para la falta de sales en el cuerpo; a eso se suma el volumen de los entrenamientos del día a día”.
Según Chuqui, para un proceso de hidratación no existe algo estándar, sino que todo depende de individualidades o del biotipo del atleta.
Asimismo el profesional local comenta sobre el tiempo de hidratación, cuando el entrenamiento de los marchistas es continuo (de 60 a 90 minutos).
“Los representantes de la marcha se hidratan 15 minutos cuando el ambiente es caluroso, pero si no hay sol y existen condiciones frescas se hidratan 20 minutos. Con los maratonistas pasa algo parecido; no obstante, en su planificación también se incluye la ingesta de agua cada vez que cumplen una repetición en la pista. Las cantidades exactas de la pérdida de líquido se detallan directamente con los nutricionistas”, explica Chuqui.
Para las competencias, el entrenador de varios seleccionados ecuatorianos, explica que en cada cinco kilómetros existe un puesto de abastecimiento; esto en una maratón (42 kilómetros). Mientras en la marcha, el abasto se ubica en cada vuelta del circuito. En esta última prueba, también se prioriza el bajar la temperatura del deportista con agua en la zona del hipotálamo (nuca).
“Durante los eventos competitivos también existe la zona de avituallamiento, en donde los atletas tienen botellas y esponjas. Esto se debe diferenciar, pues los entrenadores siempre nos ubicamos en los abastos. Hay que ser responsables y cuidar este líquido. Es necesario que hagamos una costumbre el consumo de este recurso renovable en nuestro diario vivir…”.
