A un mes de la entrada de las tropas rusas en Ucrania las bajas, civiles y militares, se cuentan por miles; y, no vemos, más allá de las represalias, sanciones y amenazas; una salida oportuna, digna, segura y soberana a esa crisis.
Según reportes de naciones unidas más de 10 millones de ucranianos se han visto obligados a abandonar sus hogares producto de la entrada de las tropas rusas, 6.5 lo han hecho de manera interna dentro del territorio ucraniano, 3.5 hacia otros pueblos europeos.
ACNUR, la agencia de las Naciones Unidas para el trato de refugiados anuncia que cerca de 5.5 millones de venezolanos han migrado en la última década producto de la profunda crisis que asola la otrora próspera Venezuela.
El mundo libre enfrenta hoy la crisis ruso-ucraniana con la misma acertada elegancia con que afronta la crisis venezolana; impone sanciones, sanciones políticas, sanciones económicas, sanciones sociales que, lejos de solucionar nada, siembran y reproducen nuevas formas de fobia, de xenofobia…
En los deportes, la UEFA deja a los equipos de fútbol rusos fuera de sus competencias y retira la final de la Champions League de San Petersburgo, la FIFA sanciona a Rusia dejándola fuera de la Copa del Mundo; el piloto ruso Nikita Mazepin fue expulsado de la Fórmula Uno; el Comité Olímpico Internacional deja a los atletas rusos fuera de los Juegos Paralímpicos de Invierno de Beijing, y la Copa Davis anuncia que el equipo ruso ha sido separado.
La culta cultura no se queda atrás, en Varsovia prohibieron la Ópera Boris Godunov, fue expulsado de la Filarmónica de Munich el maestro Valery Guérguiev y los conciertos de la soprano (ucraniana, nacionalizada rusa) Anna Nebrebko fueron cancelados en toda Europa.
No hay camino a la paz, la paz es el camino; la frase de Gandhi no es más que meme y grafiti, el mundo de la postpandemia no es mejor que su predecesor, acción-reacción, que curioso que el experimento de un filósofo ruso de cuenta de nuestra irracional conducta, aplauso Pavlov, antes de que la occidental civilización censure y condene su memoria… (O)
