Cotopaxi.- En relación a los eventos ocurridos días atrás sobre supuestos ataques de puma a 1.200 ovejas en la Sierra centro del país, personal de la Dirección Zonal 3 del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica realizó una verificación en campo, donde se constató que el número de animales de corral afectados son máximo 80 y se confirmó que el ataque fue producido por perros ferales.
Un comunicado señala que, ante este hecho se trabaja en el control de especies ferales, tecnificación del manejo en la crianza de animales domésticos, investigación, monitoreo, aplicación de medidas disuasivas que permitan ahuyentar a los animales silvestres y evitar que ataquen a los animales domésticos, y se instaló una mesa técnica que permita la mediación del conflicto. Todo esto, en coordinación con otras instituciones de acuerdo a sus competencias, como: Ministerio de Agricultura y Ganadería, Gobiernos Autónomos Descentralizados provinciales y cantonales, Policía Nacional, ECU 911, Academia y Organizaciones No Gubernamentales.
Al respecto, Glenda Ortega, subsecretaria de Patrimonio Natural, señaló que “proteger las especies de fauna silvestre es un trabajo de todos. Desde este Ministerio hacemos un llamado a la ciudadanía a respetar la vida silvestre y solicitar apoyo de manera anticipada y pertinente para solucionar cualquier conflicto, pues proteger el patrimonio natural es vital para tener un mundo saludable”.
Dato
El artículo 247 del Código Integral Penal señala: “Delitos contra la flora y fauna silvestres.-La persona que cace, pesque, tale, capture, recolecte, extraiga, tenga, transporte, introduzca, almacene, trafique, provea, maltrate, se beneficie, permute o comercialice, especímenes o sus partes, sus elementos constitutivos, productos y derivados, de flora o fauna silvestre terrestre, marina o acuática, de especies listadas como protegidas por la Autoridad Ambiental Nacional o por instrumentos o tratados internacionales ratificados por el Estado, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años.
El conflicto humano-vida silvestre se refiere a los enfrentamientos que ocurren cuando la presencia o comportamiento de los especímenes de vida silvestre representan una amenaza directa y recurrente a los intereses de los ciudadanos. (I)