Kabul.- Decenas de estudiantes, padres y profesores se manifestaron este sábado en las cercanías del Ministerio de Educación de Afganistán, en protesta por la decisión de los talibanes esta semana de mantener el cierre de las escuelas para las niñas de secundaria pese a sus promesas de apertura.
«Queremos justicia para las niñas afganas, queremos trabajo y educación», corearon las decenas de habitantes de Kabul presentes para mostrar su rechazo a la decisión de los fundamentalistas.
Zulia Parsi, una de las organizadoras de la protesta y miembro del conocido como Movimiento Espontáneo de Mujeres Activistas, afirmó a Efe que «protestaron por la reapertura de los colegios de educación secundaria y superiores» para las niñas en un ambiente «tenso».
El grupo, ante la prohibición general de los talibanes de las protestas contra su régimen, ha llevado a cabo manifestaciones a puerta cerrada en el pasado y otras acciones para reivindicar los amenazados derechos de las mujeres en Afganistán.
«La protesta estaba planeada en frente del Ministerio de Educación, pero el Gobierno de los talibanes no nos dio permiso y nos amenazó para que no fuésemos», afirmó a Efe una de las manifestantes, la activista Laila Baseem.
La protesta transcurrió de todos modos cerca del edificio, tres días después de que los fundamentalistas impidieran a las adolescentes volver a las aulas tras siete meses de cierre, desde que los talibanes tomaron el control del país el pasado agosto.
El Gobierno talibán había afirmado en un primer momento que impidieron la vuelta de las adolescentes a las escuelas de secundaria para «adaptar» su educación a la ley islámica o sharía.
Los talibanes anunciaron recientemente, sin embargo, que la reapertura de las clases tras el parón de invierno incluiría también a las estudiantes de secundaria.
La súbita decisión de mantener el cierre causó decepción entre alumnas y profesoras, así como la indignación de la comunidad internacional.
La ONU se mostró muy sorprendida por la decisión y afirmó que el cierre continuado «viola los derechos humanos de las mujeres y las niñas».
Durante su primera estancia en el poder, entre 1996 y 2001, los fundamentalistas siguieron una rígida interpretación del islam que les llevó a prohibir la asistencia femenina a las escuelas y a recluir a las mujeres en el hogar. EFE