Hasta lo que conocemos con certeza, nuestro planeta es el único en el que hay vida. La existencia de este elemento en otras partes del universo como hipótesis abundan en la ciencia ficción, pero no ha sido constatada, pese a los importantes avances de la tecnología en los últimos tiempos. Hay que aceptar este privilegio debido a la abundancia de agua salada y dulce en donde se inicia la vida y mantiene. Es muy generalizada la creencia de que existe en cantidad suficiente y que las zonas desérticas carentes de seres lo vivientes son una excepción que, pese al enorme incremento de la población, no son una amenaza seria que amenace la desaparición de este factor.
Desde la aparición de la vida, a lo largo de miles de millones de años, se ha dado un complejo proceso de evolución que, en el campo biológico, culminó con la aparición del ser humano y el desarrollo de la civilización que ha contribuido a cambios fundamentales en la relación con las condiciones del planeta, siendo uno de ellos, negativo, la contaminación ambiental que es una de las amenazas para la existencia. Es importante que la creatividad humana avance en el campo de su combate con mucho empeño en cuidar el agua, soporte de innumerables avances de nuestros tiempos.
Es esencial para la preservación de la vida, considerando que puede ser fuente de contaminación que debe ser combatida. Además, en la historia de la civilización están a la vista usos de otra índole como fuente de energía para la industria y la tecnificación de la agricultura se mantendrá sin obstáculos serios. El hecho de que la mayor parte de la población viva en zonas urbanas cambia el panorama tradicional y torna indispensable adaptar adecuadamente este líquido elemento. Todos podemos contribuir a su cuidado, al margen de acciones políticas y administrativos. Tomemos plena conciencia de nuestro papel con seriedad.