Eliminar la Senescyt no significa acceso libre a universidades

La eliminación de la Secretaría de Educación Superior no supone ventajas para bachilleres.

En las dos últimas semanas, el presidente Guillermo Lasso volvió a referirse a una oferta que había hecho en su campaña: eliminar la Senescyt. Primero fue frente a un grupo de jóvenes y luego ante los medios de comunicación.

“Mi gobierno va a buscar mecanismos nuevamente constitucionales y legales para ver la manera de eliminar la Senescyt, cumplir así mi compromiso con los jóvenes ecuatorianos y eliminar estos exámenes tortuosos de ingreso a la universidad”, aseguró Lasso.

La idea de desaparecer la Secretaría de Educación Superior, que, entre otras cosas, se encarga del proceso de admisión a las universidades e institutos públicos, ya lo anunció desde que el presidente era candidato.

Según Lasso, con la eliminación de la Senescyt, se daría paso al “libre ingreso” de los bachilleres a los establecimientos superiores del Ecuador.

Sin embargo, desde su propuesta hasta la fecha, los únicos cambios que se han visto es en el propio proceso de admisión, a través de la instauración del test Transformar, que precisamente se tomó ayer.

Ahora, con el regreso de la propuesta del presidente, ¿realmente se puede eliminar la Secretaría de Educación Superior? Y, de ser así, ¿qué pasaría con los procesos de acceso a las universidades e institutos públicos?

Para Andrés Martínez, experto en derecho constitucional, la forma de eliminar la Senescyt sería mediante la propia Ley Orgánica de Educación Superior, o el presidente podría hacerlo con la eliminación de la secretaría como tal.

No obstante, para el último recurso, explicó Martínez, se entendería que otra institución, como el Ministerio de Educación, asumiría las funciones de la Senescyt, por ejemplo, por medio de una fusión.

“Si bien se puede eliminar sus competencias, sus atribuciones pasarían a otro órgano. Por ejemplo, si se llegase a fusionar con un ministerio, o, en su defecto, que le termine dando a una agencia, pero de manera clarísima hay que tener presente que está vigente una Ley de Educación Superior”, explicó Martínez a diario El Mercurio.

El experto en derecho constitucional agregó que “intentar vender la idea” de que, eliminando una entidad, cualquiera sea su nombre, se dará paso libre o apertura total a la educación superior es totalmente errado.

Fortalecer y no eliminar

Para el ex rector de la Universidad de Cuenca, y actual vicerrector de la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, Pablo Vanegas, la eliminación de la Senescyt no significa que los problemas de acceso a la educación superior se solucionarán.

Vanegas cree que el ingreso está relacionado con el fortalecimiento de las universidades. Además, con la entrega del presupuesto que se requiere para abrir la oferta académica y cubrir la mayor parte de la demanda de los bachilleres. Cada año, son más de 300.000, de acuerdo con el número de inscritos para rendir las pruebas de acceso.

“Basta con recordar el pasado. Las universidades tenían sus propios procesos de admisión y mucho se cuestionaba. Se hacían colas de estudiantes para obtener un cupo y muchas de las veces, se podía apreciar que existían denuncias sobre la venta de los cupos ”, opinó el ex rector.

Vanegas insistió en que, si bien se debe revisar el modelo de acceso a la educación superior, la Senescyt debe fortalecer la investigación y las becas para estudiar en el extranjero, más allá de pensarse en su eliminación.

Autonomía universitaria

En vez de pensar en cambios que a la final son políticos, es necesario que el gobierno devuelva la autonomía a las universidades del país. Esa es la convicción del decano de la Faculta de Filosofía de la Universidad de Cuenca, Fernando Ortiz.

Según el decano, las universidades, con la experiencia de sus docentes y a través de sus facultades, pueden llevar adelante los procesos de admisión. Se basaría en determinados criterios que deberán cumplir los aspirantes, tal y como se hace, por ejemplo, para ingresar a la Policía Nacional.

Para Ortiz, a la autonomía, debe sumarse el presupuesto. Sin inversión no se pueden aumentar el número de cupos en las instituciones de educación superior.

“La educación es una inversión a largo plazo. Si cada cinco años estamos haciendo cambios, no sirve. Los jóvenes son quienes pagan las consecuencias de las decisiones políticas”, aseguró Ortiz. (AWM)-(I)

Bachilleres rindieron el test

Mientras el gobierno define las herramientas que usará para eliminar la Senescyt, ayer, un poco más de 266.000 personas rindieron el test Transformar.

Contrario a lo que sucedió la semana pasada, cuando la plataforma se cayó y tuvo que ser suspendido el examen, en esta ocasión los aspirantes no tuvieron mayores inconvenientes para cumplir con el test.

La Senescyt recordó que, los aspirantes que no pudieron rendir la prueba, deberán entregar una razón justificada para completar el test.

Por otro lado, en los próximos días se informarán de las calificaciones para que los aspirantes postulen por uno de los cupos en las universidades del país.

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