Los niveles de desprestigio y de ineficiencia de la Asamblea Nacional hacen necesaria una reforma estructural de la misma. No puede ser que esos ciudadanos de muy deficiente preparación y peor moralidad permanezcan en el primer poder el Estado y ocasionen perjuicio al país, a pesar de que viven del dinero de los ciudadanos. Son incontables las opiniones y los artículos al respecto, pero los asambleístas hacen oídos sordos y siguen tranquilos en su vida de no hacer nada de provecho, al margen de las obligaciones que la Ley les impone, y a involucrarse en incorrecciones y contubernios.
Si no fuera mayor la indignación y vergüenza que ocasiona el desempeño de esas personas, merecerían lástima. Obligados a permanecer en sesiones en las que se trata asuntos de los cuales no entienden y al fin a votar sin haberse enterado del asunto y simplemente siguiendo las órdenes del bloque o del jefe del mismo.
Según César Rohon es urgente buscar una salida democrática y jurídica a este problema para lograr gobernabilidad: dos cámaras, reducción del tamaño de la cámara baja de la Asamblea, 30 nacionales en la cámara alta, hay que subir el nivel de los asambleístas para mejorar el debate. Tiene que haber el control político cruzado entre la cámara baja y la cámara alta, para que exista gobernabilidad. Y lo fundamental es tener elecciones de asambleístas en la segunda vuelta, para conseguir mayoría.
Resulta tremendo ver como no hay esperanza de que las cosas mejoren. El Presidente, que es un ciudadano honesto y eficiente, está haciendo una gestión tímida y poco efectiva pues se encuentra bloqueado por esa Asamblea de vergüenza que se opone a todo cuanto él diga o quiera hacer en materia de leyes. Se oponen por oponerse.
Siendo la Constitución la causa de este serio problema pues allí está señalada la estructura y composición de la Asamblea, no se ganaría nada con la “muerte cruzada” ni con nuevas elecciones porque, con el nivel de los electores, es muy probable que sean elegidos los mismos o personas con similares características intelectuales y de preparación personal. Es urgente una Consulta Popular en la además se decida volver a la Constitución de 1998. (O)
