El Gobierno de Ecuador destinó más de 30 millones de dólares para la financiación de nueve obras eléctricas, proyectos de alcantarillado, agua potable y rehabilitación vial en Manabí, provincia severamente afectada por el terremoto de 2016.
La partida anunciada este jueves, beneficiará a más de 600.000 ciudadanos y busca impulsar el desarrollo acuícola, agroindustrial, comercial y residencial de sectores cuyas infraestructuras y medios de vida se vieron perjudicados en varias ciudades de Manabí como consecuencia del desastre ocurrido el 16 de abril de 2016.
El Ejecutivo entregó obras en varios cantones manabitas, con una inversión cercana a los 20,5 millones de dólares, según informó en un comunicado la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia de Ecuador.
«Han pasado seis años del terremoto que tanto les afectó y no podemos permitir que sigan sufriendo las consecuencias de ese desastre. Aquí estamos para saldar las deudas sociales que les quedaron debiendo los gobiernos anteriores», manifestó el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, de visita en Manabí.
El mandatario entregó en la provincia costera financiamiento por valor de 9,6 millones de dólares, gestionados a través del Banco de Desarrollo del Ecuador a los gobiernos locales.
De esa cantidad, otorgó 4,9 millones de dólares al cantón de Flavio Alfaro para la reconstrucción del alcantarillado y la reconstrucción del sistema de agua potable; 3,2 millones para la rehabilitación de calles en Jama y 1,5 millones de dólares para nuevas alcantarillas en la parroquia de Cascol, en el cantón de Paján.
En 2016 Ecuador vivió el peor terremoto de su historia reciente, ocurrido en la provincia de Manabí, con repercusiones en la vecina Esmeraldas, que tuvo una magnitud de 7,8 en la escala abierta de Richter y causó 673 fallecidos, miles de heridos y cuantiosos daños en infraestructuras.
La nación andina se encuentra en la zona denominada como el Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se produce el 85 % de la actividad sísmica mundial, en su caso por efecto de la tensión entre la placa de Nazca con la plataforma continental suramericana. EFE
