Con mis hermanos cantábamos este estribillo cuando veíamos la versión de Plaza Sésamo en español, que en el segmento de buenas prácticas sociales, “Abelardo”, el gran pájaro amarillo, enseñaba a los niños a depositar la basura en el tacho destinado para los desperdicios.
Un tema recurrente en las últimas semanas entre la mayoría de ecuatorianos hastiados del hervidero de podredumbre que representa la Asamblea, es exigir al presidente Lasso que no de largas al asunto y emule lo que hace 50 años ilustraba Plaza Sésamo. O, como dirían los ochenteros, que mande a los asambleístas a la casa del ritmo…
Roberto López, abogado constitucionalista, ha propuesto en varias ocasiones la solución a este dilema. Transcribo una parte de su última entrevista: “La consulta para realizar una Asamblea Constituyente no requiere dictamen previo de la Corte Constitucional. El presidente la envía al Registro Oficial y manda a la actual Asamblea a la casa en el Decreto de Convocatoria a la Consulta. Si el presidente quisiera, la próxima semana ya no tendría a los asambleístas haciéndole la vida a cuadritos. Con una sola pregunta tendríamos resueltos un sinnúmero de problemas: ¿Debe entrar en vigencia la Constitución de 1998 con las reformas que propondrá la función ejecutiva a la Constituyente sin plenos poderes que se convocará sólo para reformar la Constitución? Con eso se logra poner en inmediata vigencia la Constitución del 98, siendo el texto base con el que se trabajaría”.
Las cuatro leyes que envió el ejecutivo a la Asamblea para ser aprobadas, fueron negadas. LEY DE EXTINCIÓN DE DOMINIO; LEY DE REPETICIÓN; LEY DE INVERSIONES y LEY DEL USO PROGRESIVO DE LA FUERZA. Hasta ahora, lo único que han aprobado los más vagos del Ecuador es la amnistía de los vándalos que asolaron Quito en Octubre del 2019. Es que son de la misma jorga, dicen por ahí. Este craso traspié propaga una aciaga impunidad, haciendo tabla rasa del sentido común y los principios éticos. En un futuro próximo no debería sorprendernos que algunos de los condonados se postulen en las elecciones del 2023, y si resultan elegidos, instauren el resentimiento social, el atropello e impunidad como su forma de gobierno, ahuyentando nuevas y posibles inversiones y oportunidades de crecimiento económico en el país.
Presidente Lasso, ya avíspese. Ponga la basura en su lugar… (O)