Llueven los comentarios respecto a si las mujeres necesitamos que nuestras parejas hombres nos defiendan y nos protejan, la reacción violenta de un hombre se justifica en nombre del amor, la honra y la familia; pero la manada calla cuando la violencia es casa dentro y el defensor pasa a ser agresor.
Las mujeres no necesitamos que nos defiendan, lo que en verdad necesitamos es no ser atacadas, dejar de ser objeto de burla, de acoso, de desprestigio, de discriminación y de todas las expresiones de violencia, unas disfrazadas de micro machismos, casi invisibles, y otras brutales como la violación o el femicidio.
Lo que necesitamos es un sistema de justicia eficiente y oportuno, un sistema de protección y seguridad que cumpla a cabalidad su competencia, un servicio de salud que atienda sin juzgar, criminalizar, ni revictimizar, un sistema educativo que transforme prácticas culturales machistas, eso sí sería un real ejercicio de defensa a las mujeres.
Queremos respeto, reconocimiento y paz, con eso estamos mejor que con su defensa. (O)
mi.cordero@sendas.org.ec