Sayausí otra alerta

Carlos Castro Riera

Los aluviones ocurridos en la parroquia de Sayausí con víctimas mortales, destrucción de viviendas, cultivos, piscícolas, infraestructura sanitaria, educativa y vial constituyen una nueva alerta de una cadena de deslizamientos e inundaciones en diversas zonas de Cuenca, cada vez con mayor frecuencia e intensidad, que evidencia la necesidad de un tratamiento integral de fuentes de agua, páramos, bosques, quebradas y ríos.

Al margen de las causas concretas de los aluviones en Sayausí y de la incidencia general de la emergencia climática global, no se puede soslayar el avance de la destrucción de bosques y vegetación protectores, pajonales, páramos, desecamiento de lagunas e irrespeto a riberas de quebradas y ríos aparte de las amenazas mineras en las zonas de recarga hídrica.

Es urgente una gestión integrada de las cuencas hidrográficas y el control del sistema hídrico, con un plan, estrategias, políticas públicas, programas, proyectos y acciones con asignación de responsabilidades específicas y una real y eficaz coordinación interinstitucional con normas vinculantes.

Cuenca tiene un sistema hídrico complejo que requiere un tratamiento específico de cada una de las cuencas de los ríos Tarqui, Yanuncay, Tomebamba, Machángara y de los ríos que fluyen a la costa, articulado con los páramos, humedales y bosques donde nacen sus aguas y no la gestión aislada de los componentes estructurales de cada cuenca.

Así las entidades públicas y delegadas relacionadas con el agua potable, grandes sistemas comunitarios, generación eléctrica, agricultura, acuicultura, protección ambiental y turismo deben coordinar con las entidades del Estado central, los GAD municipal y parroquiales y las universidades para la gestión integral de toda la zona de recarga hídrica cantonal en general y en particular de cada cuenca hidrográfica..

Se debe complementar la coordinación con la participación de las organizaciones de la gestión comunitaria del agua y de los consumidores, colegios de profesionales y colectivos ciudadanos que defienden la naturaleza, el agua y el ambiente. Solo así se podrá dar una respuesta holística, unitaria, coherente y sistemática a la prevención de riesgos y un desarrollo armónico con la naturaleza. Todo esto tiene fundamento en la ley. (O)