Bruselas.- El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, convocó hoy una reunión conjunta del Comité Militar de la UE y del Comité Político y de Seguridad para analizar la guerra en Ucrania, ante los «ataques inminentes en el Donbás y el sur».
«Convoqué hoy una sesión conjunta del Comité Militar de la UE y del Comité Político y de Seguridad para discutir el apoyo militar a Ucrania, en un momento en que se enfrenta a ataques inminentes en Donbás y el sur», informó Borrell en su cuenta oficial de Twitter.
El jefe de la diplomacia europea convocó la reunión en la víspera del encuentro que mantendrán mañana en Luxemburgo los ministros de Exteriores de la UE para abordar la guerra en Ucrania y siguiendo al viaje a Kiev que hizo el viernes junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
Precisamente durante esa visita, Von der Leyen y Borrell le prometieron al presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, más dinero para el envío de armas a Ucrania.
En concreto, 500 millones de euros adicionales al Fondo Europeo en Apoyo de la Paz, que cuenta ya con 1.000 millones de euros para este objetivo.
Un apoyo que la presidenta del Ejecutivo comunitario abordó hoy con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, según informó este en Twitter.
«La OTAN y la UE están unidos en solidaridad con el pueblo ucraniano», dijo Stoltenberg.
Borrell, en la misma línea, señaló que «como UE, estamos haciendo todo lo posible para detener el derramamiento de sangre que Rusia está causando en Ucrania: a través de la diplomacia, las sanciones, el apoyo económico y las armas para Ucrania».
El alto representante aseguró que en la reunión de mañana «discutiremos medidas adicionales» de apoyo a Ucrania.
La reunión se celebrará tan solo tres días después de que los países de la UE aprobasen el quinto paquete de sanciones desde que el pasado 24 de febrero empezó la invasión rusa de Ucrania, y que incluye un veto a las compras de carbón ruso a partir del mes de agosto.
Los Veintisiete descartan de momento medidas contra el gas y el petróleo, mucho más lucrativos para el Kremlin en un momento en que la UE paga a Rusia 1.000 millones de euros diarios en adquisiciones energéticas, pero más difíciles de sancionar por la alta dependencia de los países del este y el centro de Europa.
No obstante, la necesidad de dar el paso ha centrado los debates sobre la guerra que se han mantenido esta semana en las instituciones comunitarias.
Von der Leyen afirmó en la Eurocámara que Bruselas está preparando sanciones contra el petróleo ruso y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, opinó que «tarde o temprano» se tendrá que plantear la opción de castigar también al gas.
Los países bálticos, siempre temerosos de Moscú por su pasado soviético, abogan abiertamente por vetar el crudo y el gas procedentes de Rusia, a pesar de su dependencia, mientras que Alemania y Austria están frenando el debate, alegando que son dos fuentes de energía difíciles de sustituir a corto plazo.
La Hungría del primer ministro Víktor Orbán, que ha aceptado pagar el gas en rublos, como exige el Kremlin, se niega a sancionar a estos dos combustibles fósiles, en una decisión que la UE debe tomar por unanimidad. EFE