Cuenca conmemora este 12 de Abril de 2022, 456 años de fundación. Su historia acumulada durante este lapso está llena de actos y acciones, destacadas por propios y extraños.
La ciudad ha labrado su propio destino. Es un referente nacional y destino final de muchos extranjeros, en cuya urbanidad, paisaje, excelentes servicios públicos y calidad de vida, han cifrado sus esperanzas y proyectos.
Urbe hospitalaria y universitaria por excelencia; igual por la actividad cultural, las artesanías, su particular gastronomía, los emprendimientos, el deporte de alto rendimiento, Cuenca, pese a las vicisitudes, enfoca su desarrollo en términos de mantenerse, como se conoce en el ámbito urbanístico-territorial, en la categoría de “ciudades intermedias”.
El crecimiento poblacional es innegable. Es un centro para la migración interna, aún de la extranjera, como se dijo, de extranjeros -jubilados, sobre todo- cuyo aporte es tangible; pero también de quienes huyen de sus países de origen.
Uno de los asuntos complejos es el crecimiento horizontal de la ciudad, rodeada de cerros de encanto y de ríos siempre impredecibles. Constituyen una especie de barrera natural; pues ponen un “pare” para la expansión urbana.
Cuenca basa su economía en su industria y producción, sobre todo en las remesas enviadas por los emigrantes. Estas son gravitantes para el sostén familiar y el negocio inmobiliario.
Tampoco es ajena a problemas como el de la conectividad, no solo terrestre sino aérea; ni se diga de los derivados de la inseguridad ciudadana, de la crisis carcelaria; de la movilidad, a causa del creciente parque automotor; del atávico centralismo; y del dinamitado liderazgo de quienes la representan.
El nuevo aniversario de fundación coincide con la antesala de un proceso para, en 2023, escoger, entre otras autoridades seccionales, alcaldes y concejales, una oportunidad para elegir ciudadana y conscientemente, es decir pensando a Cuenca con perspectiva.