Las denuncias hechas por Adrián Castro, Director Ejecutivo de la ANT, son contundentes. Ciento diez mil vehículos fueron matriculados fraudulentamente. No pagaron tasas, multas ni matrícula. Algunos son robados. Hasta allí la corrupción de ciudadanos. Pero, también son ciento cuarenta y seis municipios de los doscientos veinte y uno que existen, que no solamente participaron, sino que en muchos casos vieron surgir nuevos “emprendedores” en estas iniciativas de ofrecer servicios fraudulentos. En otras palabras, en esos municipios hay pillos que cobran a otros pillos para que paguen menos y evadan controles. En el Austro solamente hay un Municipio involucrado: El Tambo.
Una muestra, es el municipio de Yaguachi en donde se matricularon nueve mil vehículos. Gente de otros lugares que quería evadir controles- de carros robados, por ejemplo- y tasas, fueron a ese municipio, como lo hicieron en varios municipios de la Costa. La defraudación al Fisco ronda los cincuenta y cinco millones de dólares. Pero quizá lo más grave es que se evadieron controles para registrar vehículos robados.
Caben unas cuantas reflexiones: la primera es destacar la investigación y denuncia que hace el Director ejecutivo de la ANT. Esa es la forma de combatir a la corrupción: con hechos. La segunda es que en este campo es conocido que abunda la corrupción y que existen grupos que tienen un poder gigantesco. La tercera: la corrupción es siempre de doble vía. Los avivados, los pilas, que abundan en nuestro país son una. La otra es la de la burocracia pública que hace también dinero. Ganan los pilas corruptos y ganan los burócratas.
El Director de la ANT ha anunciado la anulación de esas matrículas. Está muy bien. Falta ahora que los ciento cuarenta y seis municipios hagan una fumigación antibacterial y antivirus burocrático y no solamente busquen justificaciones y pretextos, como lo han hecho hasta ahora la mayoría. (O)
