El médico colombiano Carlos Jaramillo, considerado el introductor en Latinoamérica de la «medicina funcional» y con más de un millón de seguidores en las redes sociales, quiere hacer que la gente vuelva a ser «dueña de su nutrición», según dice con motivo del lanzamiento de su nuevo libro.
«Como», publicado por Planeta, es una guía de casi 600 páginas, más 20 de bibliografía, para que el alimento se convierta en la mejor medicina de una persona, según reza en su contraportada.
Es el tercer libro de Jaramillo, que antes publicó «El milagro metabólico» (2019) y «El milagro antiestrés» (2020), de los que ha vendido en conjunto hasta ahora más de 500.000 ejemplares, dijo a Efe durante la gira de promoción de «Como» por Estados Unidos.
Jaramillo dice que sus éxitos editoriales y su impacto en las redes sociales no gustan a todo el mundo y sabe que entre los que lo tildan de «influencer» y «charlatán» hay otros colegas médicos, pero asegura que esos insultos no hacen mella en su cruzada en favor de que la gente reflexione sobre su alimentación y su salud.
ALIMENTOS Y ENFERMEDADES
Muchas de las enfermedades no transmisibles son causadas en gran parte por una mala alimentación, subraya este médico de 36 años, que se formó en Colombia y se preparaba para ser cirujano cuando sufrió una «desilusión» con la cirugía.
Empezó entonces a formarse en Estados Unidos en la denominada «medicina funcional», de la que es considerado el introductor en América Latina y que aplica a los pacientes que ve en su consultorio en Bogotá tres mañanas por semana.
Lo que más atiende son enfermedades crónicas, pero es «aterrador» ver la cantidad de personas con «trastornos gastrointestinales» que acuden a su consultorio.
La medicina funcional, según explica a Efe, se distingue por estudiar el origen bioquímico e inmunológico de una enfermedad y en corregir la disfunción, no las consecuencias.
Los consejos de «Como», que lleva como subtítulo «el arte de comer bien para estar bien», valen «para cualquier persona, sin importar su edad, su gusto, si tiene alimentación omnívora o vegetal», asegura Jaramillo.
Este médico invita a todo el mundo a cambiar la manera de alimentarse y a hacer de los alimentos «un gran aliado» de su salud.
El cambio es necesario porque, aunque muchos creen que siguen comiendo como sus abuelos, no es así, especialmente por la cantidad de químicos que tienen hoy en día los alimentos incluso los que parecen «naturales», agrega.
Los químicos, los conservantes, los colorantes, los texturizantes y otros, son lo que hacen la diferencia de la alimentación de ahora con la de cualquier otro tiempo pasado, pero la gente todavía está a tiempo de volver atrás y elegir la comida que nos provee el planeta.
NO A LOS ULTRAPROCESADOS
Se trata de decir sí a la comida que «no esté triturada, molida, cocinada o en un paquete», la que no haya pasado por un procesamiento o solo haya estado sujeta a un procesamiento mínimo.
En realidad, dice Jaramillo, son solo 20 o 25 años los que la Humanidad lleva comiendo así, algo que en términos de la Historia no es nada y por eso es un proceso todavía reversible, dice Jaramillo.
Y advierte también en contra de ideas como «lo mejor es comer de todo».
Para una buena alimentación, «todo» no puede ser, por ejemplo, los alimentos ultraprocesados y lo importante también es qué cantidad se consume de cada alimento, afirma.
A una pregunta de Efe sobre si la alimentación es el factor principal en la salud de una persona, Jaramillo dice que es uno de los factores pero no el único y que los malos hábitos alimentarios influyen en que una persona sea proclive a las enfermedades que son la principal causa de muerte en el mundo.
UN MÉDICO EN LAS REDES
Jaramillo cuenta que recurrió a las redes con la idea de «democratizar la salud», compartiendo sus conocimientos y dando al paciente explicaciones detalladas y herramientas para que aplique las soluciones en su vida.
Cuando se le pregunta si le molesta que le etiqueten como practicante de la medicina alternativa, afirma que depende de lo que se entienda por eso, pero que si es no recetar solo fármacos, lo es.
Además, le parece curioso que se considere en esa categoría a la medicina tradicional china y a la ayurvédica de la India, que llevan más de 5.000 años atendiendo la salud de miles de millones de personas.
A su juicio, en el mundo de hoy y excluyendo a países muy pobres no se puede decir que haya un país en el mundo en donde la gente coma bien, si se tiene en cuenta que al menos la mitad de la población padece sobrepeso u obesidad.
Se puede hablar de países con una cultura histórica de buena alimentación, pero no es cierto que actualmente su población siga comiendo así. El promedio mundial de obesidad y sobrepeso es del 66 %, según la Organización Mundial de la Salud, recuerda Jaramillo.
En América Latina, por ejemplo, en hogares de clase media baja tener una gaseosa en la mesa se considera una muestra de que las cosas les van bien y el agua, que es lo que deberían tener, brilla por su ausencia, agrega.
Ante la avalancha de la publicad de fármacos y dietas alimentarias, Jaramillo suele dar un consejo a sus pacientes: «Estén a la penúltima moda». Siempre es más seguro, concluye. EFE