En un lapidario artículo de opinión, el periodista Roberto Aguilar hizo un resumen de una práctica de comunicación gubernamental que, lamentablemente, no termina de entenderse en la actual administración en Carondelet. “Rabascall”, como lo describe el articulista, se convierte en significante y símbolo de la intermediación que requiere el gobierno de parte de los medios de comunicación a los que convoca. El error de tener un programa con periodistas para que nadie hable mal del gobierno, no solo que degrada el rol del periodista, sino que no contribuye en nada en el posicionamiento de la agenda gubernamental. Más honesto sería hacer una cadena nacional que una entrevista para que se escuche únicamente la opinión presidencial. La manipulación es percibida y la decepción por al abuso del recurso comunicacional también.
La necesidad de “un Rabascall”, como figura simbólica, también fue acogida por Fidel Egas, importante representante del sector bancario. Su tuit no fue bien percibido en Carondelet y recibió la respuesta airada del Presidente Lasso con la respectiva acusación de evasión de impuestos. ¡Lo hizo justo cuando la noticia era la eliminación de obligatoriedad de uso de mascarillas! Un error demasiado infantil para quienes manejan la gestión política y comunicacional de este país, debido a que la agenda se multiplica y por lo tanto se diluye la atención a lo que debió ser un hecho histórico.
El gobierno se levantó un nuevo frente, ahora con la Banca. Desperdició la noticia positiva sobre las mascarillas y coloca en su lugar globos de ensayo sobre evasión de impuestos que se ahogan en los trámites infructuosos de Fiscalía. Todo esto a puertas de la marcha convocada por el 1 de Mayo. (O)
