Usted está demostrando ser de pocas pulgas. Todos los somos de alguna manera. Con algunas excepciones, nadie en este mundo tendrá la paciencia de Job en determinadas circunstancias; peor la predisposición para mostrar la mejilla izquierda tan pronto una mano traicionera le ha pegado a la derecha, o a la inversa. Eso de que “todo dejemos a Dios” queda para el pendejismo, tan de moda ahora.
Y eso, en política es peor. De “la ley es la ley”, cuando gobernador del Guayas durante el gobierno del “feriado bancario”, pasamos por el “qué chu…”.
Ahora usted acaba de valerse de los testículos para tirar de las orejas a sus contrincantes políticos. Claro, no precisamente usando el nombre correcto de aquellos órganos masculinos, sino el popular.
Sabido es que en Ecuador somos campeones para nombrar de otras formas a esas “partes íntimas”, incluyendo a las femeninas; pero sin las cuales, ni usted, ni yo, ni nadie, poblaríamos el planeta, aunque mejor hubiera sido.
Y ya que lo ha dicho, recuerdo que el “Loco que ama” acusó a don Borja de tener “el semen aguado”, en tanto este, pavoneándose le respondió que tenía la “solvencia testicular” suficiente para mandar en el país. ¡Ah, santo Dios nuestros políticos!
De todas maneras, esas glándulas masculinas son asumidas como sinónimos de fuerza, de pararse firme (esto siempre estará en duda; pues hay tembleques), de demostrar que “aquí mando yo”. Eso es machismo dirán muchas, aunque no muchos. ¡Ah, me salió eso del lenguaje inclusivo! Uy.
Ha dicho usted que don Nebot no tuvo “los hue…” para candidatizarse a la presidencia; y que como usted sí los tiene, se lanzó y ganó, y que por eso lo odia. ¡Hombre!, como si los dos no fueran asiduos del club La Unión.
Don Nebot es otro cascarrabias. Me imagino cómo se pondría al escucharle. Le ha pedido olvidarse de sus “hue…” y demostrar los suyos para combatir a la “delincuencia común”; o sea ¿no a la otra? ¡Ah, don “Guille”, como si no fuera del Opus Dei!
Del mellizo de don Nebot, el Rafa, tal como usted los concibe, ¿vale hablar? Diríase que como tampoco tiene “hue…” no vuelve a Ecuador a dar la cara; a desafiar, como en el 30S, “mátenme si quieren”; y como “perro con el rabo entre las patas” se “refugia” en el “país de la belga…”.
Bueno don Guillermo, ya dejándonos de huevoneadas, ¿cuándo mismo se pone a gobernar? Si le falta suerte o que le ahuyenten los demonios, venga a Cuenca para que nuestras “manchis manchis” le pasen el huevo. Me avisa. (O)