No. No me refiero al relato instalado del puente sobre el río Mataje. Me refiero a la analogía utilizada por el presidente Guillermo Lasso en la presentación de su Informe a la Nación. Bajo la idea de que lo peor de la tormenta ya había pasado, gracias a la reactivación económica generada por la vacunación, afirmó que durante este año el gobierno se dedicó a “construir un puente” hacia el Ecuador de las oportunidades.
La frase encaja mejor con la época de campaña que con la razón original del Informe a la Nación que es, precisamente, informar la gestión y delinear la agenda a futuro. El puente, bajo este contexto, tiene la difícil misión de representar la obra y la agenda. En ambos contextos el discurso queda en deuda.
Informar la gestión como si fuera un listado de abarrotes, como cuando en casa nos mandaban a comprar en la tienda, deja como consecuencia la ineficiencia de la estrategia escogida para comunicar la gestión. Las cifras macroeconómicas y los resultados de vacunación no alcanzan para resolver las dificultades que sufre la población en materia de inseguridad, empleo y salud.
El anuncio de procesos y de ofertas como en los tiempos de campaña, si no tienen referencias específicas de gestión en el corto plazo, terminará representando un puente a ningún lado, decepcionando aún más a la población que ha manifestado rechazo y poca credibilidad en la voz presidencial. (O)