Quien investiga y presenta los resultados de su trabajo en el orden científico debe estar revestido de objetividad, en las ciencias de la naturaleza como en las sociales se debe proceder con absoluto rigor, para lo cual debe establecer el objeto o el hecho que se analiza en su realidad específica, no es lo mismo investigar el medio físico o una categoría metafísica. En tal virtud, en la Filosofía de la Ciencia, la investigación fenomenológica, busca la esencia del fenómeno. Edmund Husserl enseña la concepción y método de conocimiento de las esencias fenomenológicas.
En un disciplinado proceso de investigación científica el historiador cuencano, Rafael Cordero Aguilar, ha procedido al estudio de José María Velasco Ibarra, desde el prisma de su ser personal para llegar a su “Yo profundo” una pretensión compleja y de largo aliento que comienza por las relaciones interhumanas para acercarse a su atormentada psique que sufre de la tensión permanente entre las limitaciones peculiares de su condición económica y la vocación y actividad políticas, exigente de grandes costes emocionales, y pese a ello, tensión que la mantiene a lo largo de su existencia con absoluta honestidad. De su agitada y relevante existencia debemos reconocer su pasión por la Patria. Murió como vivió, en honorable pobreza, su liderazgo político es decisivo para la formación del Estado contemporáneo, siendo un referente imprescindible para comprender nuestra historia.
Al efecto, Rafael Cordero Aguilar, sistematiza la correspondencia de José María Velasco Ibarra y una selección de ensayos, pertinente a sus diversas facetas vitales que visualiza el núcleo de su élan vital que le acompañó a lo largo de su vida. Quienes lean la obra “Velasco Ibarra en sus propias palabras” puede encontrar los elementos necesarios para conocer mejor al personaje y su recio aporte existencial. Realmente es un penetrante y luminoso aporte que nos ofrece el autor de este libro. (O)