Madrid (EFE).- El Día Mundial del Medio Ambiente cumple 50 años de su designación por Naciones Unidas y desde entonces cada 5 de junio se recuerda la necesidad de salvaguardar el planeta y de actuar en clave de sostenibilidad para conseguir el bienestar global de la humanidad y la armonía con la naturaleza.
#Una sola tierra es el lema elegido por Naciones Unidas para el Día del Medioambiente 2022, el mismo que presidió la primera Conferencia sobre el Medio Humano celebrada en Estocolmo a mediados de junio de 1972, hace ahora 50 años.
Aquella conferencia supuso la incorporación de la protección medioambiental en la agenda internacional y en ella se creó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la principal autoridad encargada de evaluar el estado del planeta y de la naturaleza a nivel mundial y las causas de su progresivo deterioro.
En aquella ocasión además se designó el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente para recordar a la humanidad que la Tierra «es nuestro único hogar y es responsabilidad de la humanidad salvaguardar sus recursos finitos», según señalaron entonces los organizadores.
De nuevo, y como ocurriera en 1972, Suecia ejerce de país anfitrión de este Día Mundial y lo hace «por sus avances significativos» en materia de medio ambiente y por «su compromiso de lograr para 2045 las cero emisiones netas y un balance negativo de emisiones a partir de entonces», ha explicado Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA.
50 AÑOS DE LUCHA AMBIENTALISTA
La conferencia de Estocolmo «marcó una nueva época para la sociedad y el medio ambiente» asegura a EFE Luis M. Jiménez Herrero, presidente de la Asociación para la Sostenibilidad y el Progreso de las Sociedades (ASYPS) y profesor honorifico de la Universidad Complutense y añade que aquella cita supuso el inicio de una etapa para los movimientos ambientalistas «hasta entonces muy limitados».
A raíz de Estocolmo, según Jiménez Herrero, se fraguó el concepto de «quien contamina paga» y empezaron las divergencias entre los países «enriquecidos y empobrecidos», todo lo cual derivó en lo que ahora se denominan «cumbres de desarrollo sostenible» fruto de las divergencias entre el «norte y el sur global».
«En los últimos 50 años se han hecho muchas cosas, pero no con la rapidez necesaria», argumenta el experto que recuerda que para Naciones Unidas estamos inmersos en una «triple crisis planetaria»: la que provocan el cambio climático; la destrucción de la naturaleza y la pérdida de la biodiversidad y la contaminación y los residuos.
Para el profesor Jiménez Herrero la solución a esta crisis medioambiental pasa por lucha «al unísono» de todos los gobiernos y de toda la sociedad y sobre todo dotarse de «mayores dosis de lógica de la sostenibilidad», por tratarse, a su juicio, «del elemento aglutinador que marcará el camino hacia un futuro realmente esperanzador».
LA SITUACIÓN «CRÍTICA Y DECISIVA» DEL PLANETA
Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF, se refiere, en declaraciones a EFE, a estos años como un período «determinante» que han posicionado al planeta en una situación «decisiva y crítica» en la que «hemos llevado los ecosistemas y a la atmósfera absolutamente al límite» hasta el punto de que «las poblaciones de animales vertebrados del mundo se haya reducido un 70 por ciento».
En su opinión, la «parte positiva» de estos 50 años ha sido la creación de una «conciencia global» por el medio ambiente que ha sabido salir adelante a pesar de «muchos intereses» contrarios, y también elogia la «arquitectura legal» europea e internacional que ha traído «avances importantes» en la materia como el Acuerdo de París aunque reconoce que «aún falta muchísimo por hacer».
«La protección del medio ambiente es la prioridad absoluta y sin ella la humanidad no puede avanzar», asegura a EFE Del Olmo y recalca: «no podemos permitir que los avances conseguidos queden aparcados hasta mejor momento por otras emergencias, porque esta es la gran emergencia, la gran prioridad donde nos jugamos nuestro futuro y el de las generaciones futuras».
Para Greenpeace «se ha avanzado mucho, pero de manera insuficiente», aunque admiten que se ha ganado en conciencia ciudadana, en estructuras públicas y políticas y se han alcanzado acuerdos internacionales, como los de París o Kioto contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Sin embargo, consideran que «hemos perdido tiempo» para parar los efectos de la crisis climática que se manifiestan en cuestiones como el aumento de la frecuencia y virulencia de eventos meteorológicos extremos (sequías, olas de calor o inundaciones) y en la pérdida de especies y ecosistemas únicos.
Pero a la vez afirman que la humanidad ha ganado «en conocimiento y conciencia sobre el grandísimo reto al que nos enfrentamos» para frenar datos como el de la ONU que señala que alrededor de un millón de especies animales y el 41 por ciento de las especies de insectos estén hoy en día en peligro de extinción.