Muchas formas de ejecución tiene el GOLPE de ESTADO, la historia lo demuestra. Levantamientos armados, insurgencia revolucionaria, intervención internacional, y el magnicidio. En la actualidad la destitución con apariencias legales de funcionarios del más alto rango se hace patente en Nicaragua, Venezuela, Cuba siguiendo el patrón moscovita. En el mundo político, aquí mismo, formas aviesas tratan de revestir de legalidad y contra toda lógica y derecho el ejercicio legítimo del poder estatal.
Estos días se destituyó a la Presidente de la Asamblea Nacional soslayando las normas legales y designando comisiones ad-hoc a la situación. En la Corte Nacional de Justicia, de forma insólita se suspende al Presidente de esta Funciòn del Estado por parte del Consejo de la Judicatura que decide tal despropósito asumiendo funciones que no le competen y como es notorio integrado ilegalmente. En el fondo late la conspiración de los interesados en protegerse de los trámites judiciales en desarrollo para investigar sus actos dolosos, cometidos contra los intereses públicos.
Alguien dijo: “Esta decisión es política y solamente depende de la mayoría de votos que lo respalda” Sofisma de un asambleísta opositor al gobierno. Pregunto: ¿Acaso en el Estado de Derecho la actividad política, está por sobre la Ley? En realidad, el Estado de Derecho existe solo en el papel, así se demuestra en especial desde el 2007 y ahora con los hechos señalados.
Fluye entonces la intencionalidad golpista. En un tiempo no tan lejano, una vez destituidos los presidentes de las funciones Legislativa y Judicial ya se intenta el derrocamiento del Presidente de la República vía revocatoria de su mandato. Pero, estamos a tiempo de las decisiones necesarias para sanear al Estado de la corrupción enquistada en todos los niveles de la sociedad. El Presidente Lasso tiene la facultad de aplicar el artículo 444 de la Constitución y establecer una nueva ruta de gobernalidad. (O)