En las redes sociales se ve de todo: mensajes positivos, reflexiones, memes, noticias, publicaciones de interés personal, ataques, “indirectas”, denuncias, todo.
En esta era digital hay quienes dicen que las redes sociales “aguantan todo”, pero, ¿es así?
¿Hacemos publicaciones conscientes? ¿Usamos las redes como espacio de desahogo de la ira o la frustración? ¿Usamos como espacio de enseñanza, reflexión?
Te contamos cómo nuestras emociones se reflejan en todo lo que publicamos y cómo hacerlo de forma más consciente.
Los pensamientos y las respuestas emocionales
La sicóloga Lorena Delgado, docente de la Universidad de Cuenca, dice que todas las personas ante distintas situaciones generamos pensamientos que van a tener una respuesta emocional, fisiológica o conductual.
“Todo el tiempo estamos cargados de emociones, en distintos niveles, en distintas frecuencias, en distintas intensidades”.
Lorena Delgado, docente de la Universidad de Cuenca
Explica que, conforme pasa el tiempo, aparecen nuevas formas de expresión de emociones y las nuevas y anteriores generaciones han encontrado estos canales para hacerlo a través de las redes sociales.
Lo que se comparte puede ir desde mensajes reflexivos, expresiones impulsivas o tener acciones impulsivas como hacer bloqueos. Todo se vincula a lo que cada uno quiere generar entre sus seguidores.
Mensajes reflexivos
La psicóloga Ayork Alvarado ha tomado sus cuentas de redes sociales personales de Facebook e Instagram como plataforma para compartir mensajes reflexivos, consejos y temas vinculados a la salud mental.
En su proceso formativo vio que las redes sociales son como un test proyectivo para las personas porque, conforme las publicaciones y sus contenidos, se pueden saber lo que le está pasando.
Considera que las personas han buscado las redes sociales como una forma de canalizar las emociones o sentimientos que no se las puede decir a otras personas, “es como hace una técnica narrativa: cuando a la persona se le complica exteriorizar sus emociones con las demás personas se escribe lo que se siente”.
Por eso hizo una autoevaluación, escribía lo que pensaba, pero no las firmaba. Motivada por su esposo Daniel decidió hacer contenido de autoanálisis, “es una introspección personal e invito a validar nuestras propias emociones, generar pensamientos que nos permitan avanzar en temas sociales, a romper barreras, estereotipos sociales, a promover la igualdad de género”.
Con esto quiere lograr que las personas puedan buscar ayuda profesional y que vena en ella el conocimiento, la experiencia propia y dar validez a las emociones.
Delgado menciona que estas publicaciones buscan que las personas que las leen se sientan identificadas y les sirva para análisis personal.
Estas pueden ser desde la publicación de una lectura, la literatura, la experiencia personal, sin atacar, de análisis e introspección.
Expresiones impulsivas
Estas están relacionadas con lo primero que sale, sin tomar en consideración en lenguaje que se usa, a quién se agrede y contra quién.
Para la sicóloga, las redes sociales y los medios de comunicación se usan y se han usado para hacerse notar ante los otros.
“La mala utilización o el desconocimiento nos hace colocar información visceral con carga emocional no majeada de manera adecuada”.
Lorena Delgado, docente de la Universidad de Cuenca
Lo mismo sucedía antes. Las personas no contamos con herramientas para expresar las emociones de una forma acertada, asertiva y sana. “Eso hace que no hablemos con las personas con quienes nos queremos manifestar, no encontremos otra forma de hacernos escuchar”, afirma Delgado.
“Hay maneras de hacernos escuchar y que sea efectiva”.
Si utilizamos una comunicación a través de la escucha, si el mensaje es transmitido de manera adecuada, llega como se quiere y produce un feedback se habla de un verdadero proceso de comunicación.
“En las redes sociales publicamos lo que queremos que las otras personas vean. Si no quiero que lo vean no lo publican”.
La intencionalidad
La sicóloga recuerda que todas las personas tenemos derecho a hacernos escuchar, reclamar y romper el silencio ante lo que pasa; sin embargo, se debe tener en cuenta el marco legal y “el presunto” cuando debemos expresar algo.
Hay que pensar en quienes están detrás de lo que se publica: padres, primos, hermanos, sobrinos. Si no se quiere que alguien opine o se entrometa en su vida, no debe exponer la vida en un espacio público.
Recalcó que también es falsa la idea de no esperar nada a cambio de una publicación. “El ser humano sí espera una gratificación o reconocimiento de lo que está haciendo, un reconocimiento de cómo proceden día a día… Somos seres bio-sicosociales, en entornos culturales y requerimos de esas interacciones de unos a otros, de diferentes formas y esperamos respuestas de a dónde va la información”.
En esto coincide Alvarado, quien comenta que siempre esperamos una retribución positiva de lo que publicamos “porque nos hace sentir bien, porque así sabemos que nos quieren”.
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Bloqueo en redes sociales, ¿por salud mental o emociones negativas?
“Me bloqueó”. Esta puede ser la frase que usuarios de las redes sociales repiten cuando se dan cuenta que alguien de sus contactos los ha bloqueado. Pero también podemos “bloquear” cuando no queremos ver el contenido de una persona en específico en redes sociales.
Pero, ¿Qué significa? ¿Lo has hecho por coraje? ¿No quieres sufrir viendo sus contenidos? ¿lo hiciste por impulso? Te damos las respuestas y quizás te puedes identificar con algunas de ellas.
Fernanda Guerra compartió su experiencia personal de haber bloqueado a alguien.
“Lo hice porque tenía un enamorado con quien tuve una relación de cuatro años y aunque terminamos en buenos términos, a mí sí me costaba ver sus fotos. Tenerlo en mis contactos me tentaba a ver su perfil a cada momento, a ver las fotos y sentía que finalmente eso no me permitía soltar”. Su decisión fue bloquearlo.
Bloquear a alguien en redes sociales puede significar una acción de cuidado personal para bloquear emociones propias que lastiman, causan tristeza, asevera Delgado.
“Si bloqueamos a alguien por cerrar procesos, por alejarse de algo que le genera malestar, le hace daño o le incomoda mucho y si para estar bien, en paz y calma es válido”.
Lorena Delgado, docente de la Universidad de Cuenca
Lo que no es sano es si el bloqueo se hace por enojo para que la otra persona se dé cuenta de aquello y luego se desbloquea. Eso significa que se está dentro de una relación tóxica que puede ser parte de las parejas, amigos, familia, compañeros de trabajo.
Sobre cómo actuar cuando se es bloqueado, Delgado aconseja que antes de generar reclamos o buscar formas de encontrar respuestas, se debe hacer un análisis personal y luego tener un acercamiento personal para preguntar qué pasó.
“De cualquiera que sea forma que haya llegado el bloqueo hacia mí, hay que aceptar que la otra persona no quiere nada conmigo” e insistir para tener una respuesta, es no permitir que la otra persona procese lo que siente.
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Cómo gestionar las emociones en las redes sociales
Lo que primero recomienda es reflexionar sobre lo que se quiere conseguir con el mensaje, el objetivo, “cuando publico algo es porque quiero llegar con mi mensaje, ¿Qué quiero conseguir? ¿A dónde quiero llegar?”.
Si quiero que el mensaje vaya a una persona en específico se lo hace de manera directa a través de un mensaje, una llamada o una conversación.
- Aprender a identificar lo que sentimos, lo que sucede y saber si lo que pasa se puede resolver solo o necesita que alguien lo acompañe.
- Reflexionar sobre lo que se hace en un momento de impulso y mirando las consecuencias, reconocer que se hacen las cosas con consecuencias negativas o positivas.
- Estar pendientes frente a lo que vemos frente a las publicaciones en redes sociales.
- Saber clarificar: Discernir de la información real o falsa, no generar hipótesis ni ideas.
- Nunca coartar el hecho de expresar lo que sentimos, se lo debe expresar en un espacio y acompañamiento que necesito.
- No como espacio de ataque a nadie, expresar desde la construcción de la solución y
Una alerta puede salvar vidas
Las redes sociales permiten tener conocimiento de quienes pueden estar en riesgo.
Aquí recordó publicaciones de personas que han tenido pensamientos suicidas y que finalmente terminaron con su vida.
“Estas personas dejaron mensajes que esperaban ser escuchados… Si una persona hace un llamado es porque necesita ayuda”.
Aquí recomienda actuar y ayudar a esa persona o, si no es persona cercana o la adecuada para acompañar, brindar la información a otra persona cercana para que lo haga.
“Se debe tener las herramientas no solo para saber lo que publico, sino para manejar lo que recibo”.
Lorena Delgado, docente de la Universidad de Cuenca