Ituango (Colombia) (EFE).- Bajo la consigna de que ningún ciudadano se quede sin votar, la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) transporta en helicópteros a jurados, testigos y material electoral hasta los lugares más remotos del país en una operación que busca garantizar la participación ciudadana este domingo en la segunda vuelta presidencial.
En las zonas más montañosas del departamento de Antioquia (noroeste), y como parte del «Plan Democracia», la pericia de los pilotos permite el aterrizaje en diferentes puntos para entregar cubículos de cartón, tarjetones y urnas que serán utilizados el domingo para elegir al próximo presidente de Colombia.
«Llegar a esos puntos de difícil acceso, donde las condiciones meteorológicas a veces no son favorables, nos permite garantizar seguridad y que los colombianos puedan ejercer el derecho al voto», explica a Efe el comandante del Comando Aéreo de Combate No.5 (CACOM 5), general Fernando Correa.
Como parte de una operación coordinada desde la base aérea de Rionegro (Antioquia), con tripulaciones integradas por cinco personas y utilizando helicópteros UH-60, el pasado jueves comenzó la entrega de material en largas jornadas que tuvieron en la geografía colombiana y el clima los principales desafíos para cumplir con los requerimientos de la Registraduría, organismo que organiza las elecciones.
TRAVESÍA PARA GARANTIZAR EL VOTO
En una de esas excursiones, la primera estación fue el municipio de Segovia, donde una decena de pobladores, la mayoría de ellos maestros de escuela, abordó con rapidez la aeronave con el material electoral, llevando además cajas, maletas y colchonetas para hacer lo más confortable posible su estadía en esos lugares recónditos donde trabajarán por la democracia.
«Están emocionados; es su primera vez en helicóptero», le dice a Efe una de las delegadas de la Registraduría, quien estará a cargo de ese grupo de jurados y testigos electorales en la vereda (aldea) de Carrizal, del municipio de Remedios, situada a unos 400 kilómetros de Medellín y que alberga uno de los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR) que dejó el proceso de paz con las FARC.
En solo 15 minutos, el helicóptero arribó a esta polvorienta aldea, con vías en mal estado, golpeada por la violencia y ligada a la minería como su principal actividad.
Según cuenta la delegada, unas cuatro horas hubiera tardado el desplazamiento por tierra a ese pequeño poblado, al que «no se puede entrar» cuando arrecia el invierno, como sucede en la actualidad.
Cinco minutos toma cada desembarco, en medio de una «operación en caliente», en la que muchas veces las aeronaves no aterrizan del todo por las condiciones del terreno y la urgencia de cumplir con todas las entregas. En una mañana, un helicóptero llega a visitar más de ocho puntos.
El general Correa señala que, una vez recibieron las indicaciones sobre el material electoral y unos jurados que debían movilizar, determinaron el proceso de seguridad en tierra por parte del Ejército y la Policía, y la FAC con sus helicópteros.
ATERRIZAJES PELIGROSOS
Entre el paisaje montañoso, la central eléctrica de Hidroituango, que aún no ha entrado en operación, se asoma con su imponencia para anunciar la llegada al municipio de Ituango, donde más personal y material para la elecciones esperaba para ser distribuidos en los caseríos de La Prensa, Badillo, San Pablo, San Juanillo y Finlandia, todos apartados y en su la mayoría olvidados.
Sus nombres, por lo general, son mencionados en los medios para reportar confrontaciones armadas y asesinatos perpetrados por la banda criminal del Clan del Golfo o las disidencias de las FARC.
Un nutrido grupo de mujeres emprendió el viaje hasta estas zonas, entre ellas una joven de 23 años que vivirá su segunda experiencia como jurado de votación y que reconoce que sus compañeras «aún no saben qué tienen que hacer». «Seguramente me tocará enseñarles», dice.
Les tocó la peor parte del viaje en el helicóptero, que tuvo una corta escala en Caucasia, en la región del Bajo Cauca, para poner combustible.
El descenso hasta el Cañón San Pablo del Riosucio requirió de peligrosas maniobras para lograr el aterrizaje en un lugar donde esperaban miembros del Ejército, lanzando señales de humo y con el «Arpía IV», un helicóptero equipado con alta tecnología, como escolta para repeler cualquier ataque en la zona rural de un municipio donde el conflicto jamás se ha ido.
Pese a ello, los traslados transcurrieron en calma y se dio un «parte de tranquilidad», según Correa, sobre las operaciones realizadas en Antioquia, Chocó y el sur de Córdoba, para garantizar que los colombianos puedan elegir mañana entre el candidato de izquierdas Gustavo Petro y el populista Rodolfo Hernández al próximo presidente de Colombia.
Para la jornada electoral del domingo, la FAC tendrá a sus helicópteros nuevamente en el aire con sobrevuelos de vigilancia y monitoreo para que los colombianos voten en medio de un «despliegue de capacidades en pro de la democracia», según el oficial. EFE