No se esperaban que la gente se volcara al Parque Calderón, que se pasearan por las calles Sucre, Bolívar, Benigno Malo y Luis Cordero, y que hicieran muchas preguntas: ¿de qué es este dulce?, ¿cuánto vale ese?, ¿cómo se llama el de allá?
Lo cierto es que, desde que inició el Corpus Christi en Cuenca, las vendedoras de los dulces de la fiesta septenaria no han parado de trabajar y de esperar a un público ansioso por la tradición que se vio interrumpida por la pandemia.
A pesar de estos días inciertos en el Ecuador por las movilizaciones sociales y la falta de acuerdos políticos, los cuencanos y las personas que habitan la ciudad han aprovechado estas noches para, primero, adquirir las golosinas, y, segundo, para ver la quema de castillos y escuchar las bandas de pueblo.
“Es algo maravilloso volver a estar en el puesto, vendiendo. No nos podemos quejar. Como es a los dos años, hemos tenido mucha gente. También hemos tenido turistas, pero es más el cuencano que está viniendo a visitarnos y a comprarnos”, dijo Esperanza Jaramillo, quien lleva 48 años vendiendo los dulces del Corpus.
Desde que inició la fiesta religiosa el 16 de junio, público no ha faltado; más bien el espacio ha quedado chico una vez que las personas han encontrado un sitio para olvidarse de lo malo y revivir entre tanto dulce, tanta luz y tanta pirotecnia.
Y, al hallar una zona de confort, también han hallado a las vendedoras de los dulces que tienen mucho que decir y contar, y, sobre todo, mucho que explicar sobre la fiesta religiosa que terminará este jueves 23 de junio.
“Estamos saliendo de este COVID que nos tenía en la banca rota. Y ahora está asistiendo la gente, bastante gente está viniendo. Encontrarnos con nuestros compañeros, encontrarnos con la gente ha sido maravilloso”, opinó Esperanza Vivar.
Para doña Esperanza, que cumplió 45 años como vendedora de dulces, el Corpus ha sido un reencuentro con sus clientes y con sus vecinas comerciantes, a quienes no había visto desde el 2020 por la emergencia sanitaria.
Los dulces hasta el domingo
La fiesta del Corpus, este año, ha sido peculiar debido a que, en medio de las manifestaciones que se han llevado a cabo en los alrededores del Parque Calderón, las actividades tanto comerciales como religiosas tuvieron que realizarse.
En un principio, las comerciantes tuvieron temor de trabajar mientras estudiantes se manifestaban el pasado 16 de junio. Sin embargo, no hubo mayores incidentes y las vendedoras laboraron sin inconvenientes.
“Lo único que se podría decir es la huelga. Aunque las huelgas han estado tranquilas. No ha habido ningún problema. Claro que nos advirtieron y tapamos las mesas, pero bueno, no ha pasado nada. Hemos estado tranquilamente”, dijo Patricia Vanegas, cuya familia lleva comercializando dulces por tres generaciones.
Para Patricia, si bien se han anunciado nuevas marchas, confía en que terminarán sin problemas la “fiesta más dulce del mundo”.
“Lo más probable es que no solo nos quedemos hasta este jueves, sino hasta el domingo, y, de allí, si Dios lo permite, nos vemos el otro año”, agregó Patricia.
Hasta entonces, esta noche continuará la quema de castillos, ya que hoy, diario El Mercurio es prioste de la celebración que arrancará con la misa de las 19:00, para luego desplegar la pirotecnia a la que público podrá observar. (I)