En trece meses de gestión del Presidente Guillermo Lasso Mendoza ha ejercido su mandato con prudencia. Veamos: además de los factores heredados, se han dado tres grandes problemas de urgente solución, la crisis de la salud agravada por el CORANAVIRUS, la carcelaria y delincuencial y el levantamiento indígena con costes de enorme magnitud.
El Gobierno actuó con eficacia ante la pandemia del Covid 19, ejecuta un programa de control carcelario y delincuencial, especialmente en el entramado del crimen organizado que demanda una compleja atención. En materia social ha dispuesto correcciones salariales, crediticias, educativas y de salud. Mucho más se debe hacer para superar la desigualdad estructural, pero si en doscientos años de vida republicana no se ha dado solución ¿cómo se pretende que en los meses de este gobierno se la consiga?
La denomina protesta social de la CONAIE, violencia y terrorismo de por medio, significa más de 50 millones diarios de pérdida, la interrupción de la movilidad nos afecta a todos, causa el desabastecimiento de mercados, insumos médicos, oxígeno sanitario, gasolina, gas, en suma lo indispensable. La acumulación de daños, vandalismo y sabotaje solamente aumenta pérdidas y provoca división total…
El Estado Ecuatoriano somos los 17 millones y más de ciudadanos no una minoría insurrecta.
En este cuadro pretender la destitución del Presidente es aberrante. Es un acto de suprema irresponsabilidad. En la realidad de los hechos, hace de la protesta de la CONAIE un pretexto para el Golpe de Estado que muchos denuncian.
El Presidente debe ejercer el poder con la fortaleza que le confiere la Constitución, como hizo bien con la declaratoria del Estado de Excepción, el mismo se debe retomar si la violencia y caos impuestos persisten. Solamente así se garantiza la estabilidad democrática de nuestro país. (O)