Las noticias falsas o fake News cobraron mucha fuerza con la proliferación de aplicaciones de mensajería y redes sociales, las que posibilitan que las noticias falsas lleguen a gran número de personas, y con frecuencia sean difíciles de identificar. A la par de las fake news, encontramos el término ‘posverdad’, que hace referencia a la mentira emotiva, aquella que apunta a las emociones más primarias del ser humano, y que por su naturaleza nos invita a creer sin cuestionar.
Si tenemos en cuenta que las noticias falsas tienen un 70% más de probabilidades de ser compartidas y, en consecuencia, creídas, que una verdadera, necesitamos de manera urgente mejorar la alfabetización digital pública, como una posible solución a la creciente difusión de información falsa en general, especialmente en momentos de crisis como los de las últimas semanas.
Estudios realizados en Loja y Cuenca demuestran que, a mayor interés en el mensaje, mayor intención de compartir noticias falsas o no verificadas. Compartimos lo que nos interesa, compartimos aquello en lo que creemos. Pero estos estudios también demuestran que, a mayor alfabetización digital, menor intención de compartir noticias falsas o no verificadas.
Es así que en los últimos días, más allá de noticias destinadas a levantar el pánico ciudadano, entre las fake news más compartidas, se instó a que gran cantidad de pobladores llenen de agua bañeras, tinas, baldes y ollas tamaleras, ante el inminente corte del suministro de agua potable; mientras que, proliferaban supuestos distribuidores de gas, quienes a costa de la tomadura de pelo de alguien, empezaron a recibir decenas de mensajes y llamadas de desesperados ciudadanos, que, como se puede esperar en Cuenca, especialmente en esta época del año, rogaban comprar un cilindro de gas frente al terror de bañarse en agua helada. (O)