Cristian piensa que se contagió de la COVID-19 en su trabajo. Él, a su vez, transmitió el virus a su esposa María Elena y a su hijo Áaron, quien apenas tiene tres meses de nacido.
Los síntomas se intensificaron poco a poco, cuenta Christian. La enfermedad empezó con un dolor fuerte en las articulaciones, luego sentía que se sofocaba y finalmente experimentó dolor de garganta y secreción nasal o rinorrea.
La pareja se dio cuenta que su hijo también estaba contagiado cuando empezó a toser. Sabían que no es común que un recién nacido tenga esta molestia de forma persistente.
Para despejar su duda, inmediatamente llevaron al pequeño para que reciba atención médica en el Centro Materno Infantil de Cuenca, del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. “Fue la mejor decisión porque los doctores saben los protocolos a seguir”, dice el padre primerizo.
En esta casa de salud le realizaron una prueba COVID-19 de sangre. No le practicaron una PCR porque el hisopado podía lastimar la faringe del bebé. “El pinchazo es duro porque la aguja es grande, pero había que hacerlo por el bienestar del niño”, cuenta Christian.
La pediatra Gabriela Auquilla informa que durante estos últimos días se han incrementado las atenciones en su consultorio a causa de este virus, a tal punto que llegó a atender casos positivos de neonatos, con apenas dos meses de nacidos.
“En Cuenca, lamentablemente atravesamos una temporada de mucho frío, lo que hace que los cuadros respiratorios aumenten y provoquen una confusión con la COVID-19”, menciona la especialista.
Por eso hace un llamado a que los padres de familia se mantengan en alerta. “Cualquier síntoma que esté presente en nuestros niños tiene que advertirnos, bien sea para vigilarlos en casa o asistir a su médico de confianza”.
Christian también compartió que los doctores no le administraron medicamentos fuertes a su primogénito, solo paracetamol en gotas para calmar su malestar, debido a que sus riñones son muy débiles para resistir un tratamiento.
Los padres prefirieron no hospitalizar al niño porque en esa casa de salud había más contagiados y tenían temor de que pueda empeorar.
La pediatra Auquilla indica que este procedimiento fue correcto, tomando en cuenta que los menores de seis meses no pueden recibir medicamentos que habitualmente se usa en niños escolares o adultos.
Después de pasar esta dura experiencia, el padre aconseja que si una persona presenta cualquier sospecha de contagio o síntomas, debe aislarse inmediatamente, porque “una mala decisión puede poner en riesgo, principalmente a los niños”.
Para su esposa, María Elena, fue más difícil sobrellevar la enfermedad porque no tomó medicamentos para contrarrestar los síntomas porque está dando de lactar a Áaron, quien tenía mucha fiebre.
En este último caso, la especialista recomienda “desabrigarlos” y evitar métodos muy bruscos para bajar la temperatura, considerando que los infantes pueden llegar a convulsionar sino son tratados a tiempo.
Las molestias desaparecieron a los seis días en la familia, que actualmente se encuentra recuperada gracias a la inmediata respuesta que tuvo para contrarrestar este virus.
Casos positivos pediátricos
Andrea Bersosa, coordinadora zonal 6 de Salud, informa que en el anterior reporte se registraron 292 casos positivos de COVID-19 en Azuay, en donde actualmente existen 311.
No obstante, señala que la mayoría de los contagios son manejados en los domicilios sin necesidad de hospitalización.
Durante la semana epidemiológica anterior, correspondiente a la 26, existió un “pequeño aumento” de ocupación hospitalaria en casos pediátricos y niños en 20%, pero actualmente se encuentra en los “niveles esperados”, ya que no ha existido aumento, y más bien la mayoría de pacientes fueron dados de alta, mientras los casos de gravedad son mínimos.
La funcionaria pública destaca que esta situación favorable se debe a la vacunación, sin embargo, reconoce que los porcentajes de las dosis de refuerzo son bajos.
Por tal razón instó a que la ciudadanía se siga inmunizando en los diferentes centros de salud para evitar un aumento de casos positivos: “En un inicio reclamábamos la vacuna, ahora que la tenemos, aprovechemos y vacunémonos, especialmente a nuestros niños”.
En cuanto a los refuerzos para menores de 12 años, explica que aún no están disponibles en este sector porque el Ministerio de Salud Pública se basa en estudios y publicaciones científicas de otros países, que todavía no recomiendan colocar esas dosis en estas edades.
Gabriela Auquilla, pediatra, menciona que los cuadros de casos positivos que ha atendido en menores de 3 años no se han complicado, por lo que considera que la vacunación en este sector puede esperar, al menos, hasta tener evidencia científica que demuestre lo contrario.
Recomendaciones
La doctora Gabriela Auquilla realizó las siguientes recomendaciones para evitar cualquier complicación o secuela de la COVID-19.
1.- Reconocer los síntomas y signos de alarma que pueda presentar el niño, tales como lloro excesivo, dificultad para respirar, tos, etc.
2.- Ante las primeras molestias que cualquier miembro de la familia tenga, acudir al médico para recibir un tratamiento oportuno y adecuado.
3.- Evitar la automedicación, pues puede ser perjudicial para todas las personas, especialmente para los menores de edad.
4.- No relajar las medidas de bioseguridad, a pesar de que estén vacunados. Usar la mascarilla, conservar el distanciamiento físico, así como lavarse y desinfectarse las manos con frecuencia.
5.- Cuando una persona está contagiada de COVID-19 debe evitar salir de casa. Se recomienda aislarse al menos durante cinco días.
6.- En los recién nacidos es importante que las madres sigan amamantando a sus hijos contagiados. La lactancia materna refuerza el sistema inmunitario del bebe
¿Cuándo hacer una prueba a su hijo?
Healthy Children informa, a través de su página web, que la COVID-19 tiene síntomas similares a los de otras enfermedades como la influenza y el virus sincitial respiratorio (VSR).
También es posible tener dos de estas enfermedades al mismo tiempo. Debido a esto, los niños y adolescentes con síntomas de COVID-19 pueden someterse a pruebas de detección de más de un virus (como la gripe y el COVID-19).
Para determinar qué prueba recomendar, su pediatra considerará lo siguiente: los síntomas de su hijo; si ha estado expuesto a un contacto cercano; y, enfermedades circulando en el momento.
Los niños y adolescentes que tienen síntomas de COVID-19 deben hacerse la prueba sin demora para saber si tienen una infección activa. (I)