“Identidad cultural”

Son muchas las voces que se levantan contra el poder constituido y en defensa de su identidad cultural, pues no solo define el de sus comunidades, sino el derrotero de un país, en el siglo de la tecnología, donde se puede evidenciar el fuego cruzado de eternas discusiones culturales impuestas, porque quienes detentan el poder económico, de aquel nace la desinformación como un espejismo; donde la mentira se volvió rutina, traicionar es el ropaje diario; que se vanaglorian en el reino de la calumnia y la imaginación; y el ser de la razón está excluida de aquellos, que han hecho del poder un modus-vivendi.

En todos los países del mundo, la penetración cultural se ha vuelto más artera como arma para la dominación de gustos y conciencias, porque “vende” como cultura popular, incluido sobre todo la música, como un inmenso negocio ,cuyos mayores beneficios proviene de lo que pudiera llamarse música basura o música chátara, con diseños grotescos; claro que hay excepciones, ante un diseño para el consumo masivo, que tiene su origen en la sociedad consumista, llevadas por ciertos medios de comunicación, su principal herramienta difusora para dar nacimiento al espejismo, en un pueblo que cree que es subcultura la que se expresa, cuando en realidad se trata de alienaciones, al comercializar dentro del sistema consumista.

Lo anterior nos lleva a pensar en la pasión por el otro, por el sístole y diástole de las culturas y sus sonoridades. No se trata de una queja, pues no deseo verme como un pasivo consumidor de música, sino como agente reflexivo que han permeado las inclinaciones culturales. No se trata de gustos… ¿Por qué nos gusta?;quizá un problema emocional, pero la música de un pueblo hay que fortalecer como su identidad cultural. (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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