El quiteño asesora en la venta de libros usados y usa las redes sociales para promocionarlos.
–
Muy concentrado, Mauricio Ponce Montesinos lee “El Manuscrito de Quito: una historia de los Incas preservada por Fernando de Montesinos”. Así espera la llegada de sus clientes, quienes a menudo visitan su librería popular en busca de libros usados para saciar sus deseos de leer, devorar las páginas y ampliar sus conocimientos.
Mientras inhala el humo de su cigarrillo y toma un sorbo de su café caliente, sentado cómodamente sobre un banquito de madera, confiesa que es un asiduo lector. Tanto así que el libro parece una extensión de su mano, aunque reconoce que tiene un déficit de lectura.
“Me falta leer mucho, el conocimiento es tan amplio que no se puede abarcar todas las ciencias…Como decía Sócrates: solo sé que nada sé”, expresa y a la vez suelta tres carcajadas.
El quiteño no conoce con exactitud cuántos libros usados tiene en sus improvisados estantes, pero a grosso modo calcula que son miles.
El “viejo librero”, que radica en Cuenca desde hace seis años, compra y revende estas obras en su local, ubicado en la calle Presidente Córdova 8-11, pleno Centro histórico de Cuenca, donde atiene de 08:00 a 18:30.
Mauricio primero vendía libros en las calles, lo que le sirvió de experiencia para emprender en este negocio, a tal punto que fundó dos librerías en la capital ecuatoriana.
No obstante, asegura que, más allá de la parte económica, el objetivo de la librería es difundir el libro, por tal motivo los vende a un precio popular para servir al pueblo.
Así, en este lugar, se puede encontrar tres libros por el precio de 10 dólares, lo que llama la atención del lector. “Vendo duro, 200 a 300 dólares diarios”, compartió.
“Tour del saber”
Ponce Montesinos, quien se considera “excéntrico, pero buena gente”, luce un elegante traje plomo que combina con su corbata. También utiliza un sombrero café.
Con esta impecable vestimenta atiende y comparte sus conocimientos a los lectores, bajo la premisa: “no solo hay que ser, sino parecer”.
También se desenvuelve como “guía librístico”, ya que muchas personas no saben por dónde comenzar este largo y fascinante camino que conduce al conocimiento.
El “tour del saber” cuenta con varias paradas obligadas, considerando que los libros han sido clasificados por secciones, entre ellas: biografías, socialismo, comunismo, antropología, literatura, literatura ecuatoriana (novelas y poesía), historia de otros países, teatro, poesía, crítica literaria, motivación y superación, esoterismo, filosofía, ética y moral, arte, diccionarios, psicología, pedagogía, derechos, derecho territorial, teología, matemáticas, física, medicina, cocina, infantiles, economía, geografía, plantas, animales, ciencia. Incluso hay un lugar especial para libros relacionados con Cuenca en diferentes temáticas.
Además, vende libros en otros idiomas y dialectos, porque considera que “el conocimiento es universal”. Vende obras en inglés, italiano, francés, latín, alemán…
“Los libros a veces están desordenados porque los clientes rebuscan determinada obra hasta encontrarla. No me molesta en lo absoluto porque quiero que mis clientes salgan satisfechos…son gajes del oficio”, añade.
En Cuenca existe un interés grande por cultivar la lectura, reconoce Ponce Montesinos. Hay mucha demanda de libros, principalmente los que tienen que ver con la literatura y novelas. También sobresalen otros campos como la espiritualidad, la motivación y la antropología.
Mauricio cuenta que, aunque no sea de su agrado, vende libros dados de baja para decorar ambientes, pero “al final, negocio es negocio”.
“Aquí no solamente vendemos el libro sino les damos pautas para crear el hábito de la lectura”, añadió el intelectual de 65 años.
En este sentido recomienda que lo primero es “buscar un libro que que le guiñe el ojo”, para luego buscar tiempo para leer
“La librería es un mundo mágico, una máquina de tiempo”, destaca Mauricio, mientras baja el volumen de una antigua radio -en la que siempre suena música instrumental- para atender a una pareja de Guayaquil que vino exclusivamente a la librería en busca de poemas de escritoras ecuatorianas.
Los visitantes comparten que accedieron al lugar después de observar un vídeo que está circulando en TikTok.
Aunque Mauricio no es muy amigo de las redes sociales, reconoce que poco a poco fue seducido por este mundo digital, mediante el cual promociona su negocio.
“¡Buenos días, señora, buenos días, caballero! ¡Pasen, bienvenidos!, ¿cómo están amigos, en qué les puedo ayudar?”, saluda muy atentamente el emprendedor que les invita a pasar por los pasillos estrechos del lugar, abarrotado por las obras que se encuentran por todo lado, incluso en las gradas que conectan la planta baja con el primer piso.
Para ordenarlos ha improvisado unos estantes rústicos con bloques y madera. No le preocupa lo estética porque recalca: “no vendo libreros, vendo libros”.
La librería es visitada por personas de diferentes lugares, incluidas extranjeras. Provienen de Guayaquil, Vilcabamba, Puerto Rico, Estados Unidos…
Uno de sus clientes es Juan Molina, quien frecuentemente acude a este lugar para “escarbar” las obras, pero también a tomar café y compartir con su amigo Mauricio.
“Para mí es una de las mejores librerías, por no decir la única que existe en Ecuador. Aquí no hablamos de politiquería, aquí hablamos de arte, cultura, filosofía”, manifiesta el profesor de cultura física.
Molina también destaca el carisma y la “pinta de librero del siglo XX” que tiene Ponce Montesinos. “Quienes visitan este lugar, a más de llevarse un buen libro a precios que se encuentran al alcance de todos, disfrutan de la compañía de Mauricio, quien prácticamente es una biblioteca humana”.
Este singular espacio está dispuesto en una casa patrimonial que cuenta con tradicionales balcones, donde este dúo “devora” libros y protagonizan largas tertulias.
La “jaula de oro”
La casa fue bautizada por los amigos como la “jaula de oro” por su ubicación y porque representa un “auténtico paraíso” para los amantes de la lectura. “Aquí vienen muchas personas como escritores, estudiosos, científicos, filósofos, poetas y locos”.
Otro asiduo lector, amigo y visitante fiel de la librería es Charly Viteri. “Para todas las personas que les encanta leer, este lugar, lleno de energías”.
El reconocido escritor quiteño recuerda que antes no había internet, por lo que tenían que salir a investigar en este tipo de lugares. “El hábito de ir, incluso a una biblioteca, era un rito, porque no solo ibas en busca de los libros sino también para conocer y relacionarte con chicas matonas que les gustaba estudiar”, manifiesta entre risas.
Viteri lamenta que hoy en día, “a los muchachos no les gusta leer, a pesar de que esta práctica les ayuda a ejercitar el cerebro. Hay que leer por placer, no por deber, porque si lees sacas músculo a tu cerebro”.
El ameno coloquio tripartito es inagotable. El café de Mauricio está frío y el tabaco por consumirse, pero no así las ganas de seguir leyendo.
Es así que después de atender muy amablemente a sus amistades y clientes agarra nuevamente el libro: El Manuscrito de Quito: una historia de los Incas preservada por Fernando de Montesinos”.
Abre las desgatadas pastas de la obra para deleitarse con cada una de sus páginas, a la espera de realizar una nueva venta que contribuya a enriquecer el conocimiento de la sociedad. (I)
ALGUNAS CIFRAS
4.808 seguidores tiene la cuenta de TikTok del librero quiteño, que a la fecha contabiliza 38,6K “Me gusta”.
30.000 libros calcula Mauricio que tiene en su negocio. Hay libros desde un dólar.
EL DETALLE
La cuenta en TikTok de Ponce Montesinos se encuentra como: @bibliosmauricio