Si bien el verano se asocia comúnmente con las vacaciones y momentos de diversión, es importante que los padres de familia sean conscientes de que esta época suele incrementar la exposición de los niños a algunos factores de riesgo para su salud visual. “Estos son meses en los que, en general, todos exponemos nuestros ojos a varios agentes fuera de nuestra cotidianidad; sin embargo, son los niños los más propensos a sufrir los efectos de la sobreexposición a rayos solares, agua salada, cloro en las piscinas y/o el contacto con la arena, por ejemplo, que son agentes externos que pueden causar problemas”, explica el Dr. Alejandro Lalama, jefe de Optometría de Óptica Los Andes.
Esto puede ocasionar alergias, irritaciones y otro tipo de inconvenientes, que se pueden prevenir si se toman las medidas apropiadas. Por ello, el representante de Óptica Los Andes detalla a continuación 6 recomendaciones para cuidar los ojos de los niños en verano:
1. Usar gafas. “Esta es una de las recomendaciones más básicas, sin embargo muchos padres tienden a dejarla de lado, por la concepción errónea de que las gafas de sol son únicamente para adultos”, puntualiza el Dr. Lalama.Agrega que el uso de este accesorio, además de proteger sus ojos de la radiación solar, los protege de agentes externos como la arena, por lo cual es fundamental que los niños las usen. Para seleccionar las gafas, el especialista recomienda revisar que el accesorio cuente con tecnología de protección para rayos UV, ya que es la única garantía de que, efectivamente, protegerán realmente los ojos de los niños. “Es un grave error optar por gafas de juguete o por productos que, aunque sean más económicos, en lugar de prevenir afectaciones a los ojos, terminen siendo perjudiciales”, advierte.
2. Usar sombreros o gorras. Estos accesorios no tapan directamente los ojos, pero son muy útiles para protegerlos del impacto del sol, especialmente en horas críticas como el medio día, en la que los rayos UV se intensifican. “La protección doble que proveen el uso de gafas y la gorra o el sombrero es indispensable para prevenir daños oculares en esta época”, explica el jefe de Optometría de Óptica Los Andes.
3. Tener cuidado con el bloqueador solar. Si bien este producto es indispensable para el cuidado de la piel, es sumamente importante verificar que no ingrese a los ojos. “En verano existen más casos de niños con inflamaciones oculares, y muchos de ellos no se deben únicamente a los agentes del ambiente, sino al exceso del protector o el poco cuidado al aplicarlo, pues al tener contacto con los ojos, causa complicaciones, que en algunos casos, llegan a ser tan graves como una inflamación de córnea”, manifiesta el Dr. Lalama.
4. Utilizar lentes de buceo. Si los niños disfrutan pasar mucho tiempo en el agua, es vital que usen lentes de buceo. “Esto protegerá a los ojos del cloro en la piscina y de la salinidad en el mar, ya que los chicos suelen abrir los ojos debajo del agua, volviéndose así más propensos a irritaciones”, comenta el experto de Óptica Los Andes.Añade que estos accesorios previenen el contacto directo con el agua, evitando así posibles infecciones.
5. Lavar los ojos y las manos. ”Al salir del mar o de la piscina es muy importante verificar que los niños enjuaguen sus ojos con abundante agua para limpiarlos de cualquier bacteria, residuo de arena o cloro”, aconseja el especialista.Agrega que es preferible secar los ojos con papel y nunca con toalla, ya que en ella pueden quedar residuos que pueden afectar la visión. “Esta es una práctica que debe implementarse también al regresar del parque o de cualquier actividad recreativa, y debería incluir las manos, pues los niños suelen llevárselas a los ojos frecuentemente, por lo que es crucial que no estén sucias, de manera que se eviten malestares”, sugiere.
6. Mantener una correcta hidratación. ”El exceso de calor, juegos en el agua, la sequedad ambiental y el aire acondicionado pueden resecar los ojos de los niños, por lo cual una correcta hidratación evitará que esto suceda”, señala el Dr. Lalama.El experto indica que, en caso de ser necesario, también se podría optar por lágrimas artificiales, siempre y cuando se apliquen bajo recomendación y supervisión médica.