No hay mejor y más saludable manera que despertarse con el trinar de los pájaros y aprender a distinguir sus cantos al atardecer. Observar aves es contemplarlas en su hábitat natural, aprender a reconocerlas, distinguir sus comportamientos, plumajes, colores, oír sus distintas melodías, detenerse en plena ciudad ante su silbido y tratar de localizarlos; pero, además, para los pajareros -ornitólogos- esta maravillosa práctica les permite reconocer e identificar nuevas especies. La próxima semana se desarrollará en nuestra ciudad la VII Reunión Ecuatoriana de Ornitología, el más importante evento académico en su campo que impulsa el intercambio y retroalimentación de conocimientos sobre aves del Ecuador, así como la ejecución de acciones que aporten a su conservación y al de sus hábitats que, en estos tiempos, están seriamente amenazados por las actividades mineras, la expansión de las ciudades, la deforestación, la pérdida de corredores biológicos y, en general, por las actividades antrópicas que muestra la poca conciencia y responsabilidad ambiental existente; de allí la importancia de estos eventos más aún cuando está pendiente la mesa de diálogo sobre la ampliación de la frontera extractiva, minera y petrolera, así como la protección de los territorios, fuentes de agua y ecosistemas frágiles. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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