Alternativa al federalismo 

A propósito del federalismo –como nueva forma de gobierno para el país- planteada por Nebot, se ha agitado el avispero de la opinión pública. Hay opiniones en favor y en contra. Mientras la pasión por defenderlas prende las consabidas hogueras de las disputas de nunca acabar, el objetivo político de la propuesta cumplió con su cometido: apuntalar –casi asegurar, diría- la reelección de la alcaldesa de Guayaquil. Entonces, no hay duda que el exalcalde y autor de la propuesta estará en medio de una sonrisa al puro estilo de la mona lisa, frotándose las manos y, la Cynthia, desenvuelta como es, -y bella como pocas-, estará, del puro contento, bailando, como ella misma sugirió y alentó, en la Perla del Pacífico, a sus congéneres. 

La propuesta, en un país dominado por el centralismo económico, administrativo y otros negativismos, ha recibido un amplio apoyo. Empero, de allí a llevarla a la práctica, hay un abismo de exigencias que al momento resultan insuperables. Sin embargo, siempre hay una tercera vía. Permítanme plantearla. En el caso en análisis, los 2 principales problemas: 1) El de los recursos públicos –hoy centralizados- tendrían que ser administrados de forma independiente por los gobiernos locales. Es más, jamás deberían salir de los respectivos Gobiernos Autónomos Descentralizados; y 2) En el administrativo –también centralizado- la concesión de autonomía administrativa a los GAD, permitiría la solución directa de sus problemas. La agilidad y eficiencia contrastarían con la actual lentitud del nefasto centralismo; y, 3) En los demás asuntos que deban reformarse, la fórmula sería aplicar el mismo procedimiento: autonomía total de los GAD. El gobierno central sería el rector de las políticas públicas de carácter nacional y demás afines. 

El referendo o plebiscito como expresión del derecho ciudadano, sería la fórmula a aplicarse y, apuntaría, desde luego, a las consiguientes reformas constitucionales que viabilicen la propuesta. Es destacable que se contaría con el apoyo de las distintas bancadas de la Asamblea y del voto de todas las provincias, excepto, claro está, de la de Pichincha. Hasta que los sabios decidan, yo me quedo con el baile de la Cynthia.  (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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