La reputación de Rusia a ojos de los miembros del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá), tras la invasión de Ucrania el pasado mes de febrero, arrastró al país al último puesto dentro del ranking “RepCore Nations 2022”, que estudia la popularidad de las 60 principales economías del mundo entre los habitantes del grupo de los siete.
Este estudio elaborado por la consultora Reputation Lab analiza los sentimientos de admiración, respeto y confianza hacia cada país, en base a cinco dimensiones: calidad de vida, calidad de sus instituciones, grado de desarrollo, ética y responsabilidad y factor humano.
Para ello se realizó, entre marzo y abril de este año, una encuesta online a una muestra de 37.742 personas de las cuales 15.132 eran de nacionalidad rusa y china, indica el organismo en un comunicado.
Ucrania, como país invadido, ocupa posiciones similares a Estados Unidos o Grecia, al escalar al puesto 23 del ranking como consecuencia del “halo emocional positivo” y la “empatía del público internacional”.
La respuesta a la guerra en Ucrania, también afecta de manera positiva a Polonia al saltar al puesto número 22 de la lista, como principal país de acogida de refugiados ucranianos.
Pese a los resultados del ranking final, el estudio revela opiniones distintas en el caso de los ciudadanos rusos encuestados que se otorgan a sí mismos la mejor valoración, asignando a China el cuarto puesto y a EE.UU los peores, seguido de Ucrania, Polonia, Reino Unido y Alemania.
Este mismo esquema lo repite China, quien mantiene una débil reputación en el puesto 57, al atribuirse la mejor puntuación y relegar a los últimos puestos a EE.UU, Japón, India y Corea del Sur.
Como líderes del ranking se encuentran Canadá, Suiza, Finlandia, Noruega y Suecia; mientras que países iberoamericanos como España, Perú, Argentina o Chile se reparten a lo largo la lista ocupando los puestos número 13, 28, 31 y 36, respectivamente.
Los resultados de este informe, según explica la consultora, no solo tienen un impacto “cuantificable” en la llegada de turistas, las exportaciones y la inversión extranjera directa, sino que incluso los países con mejor reputación pueden llegar a tener una “mayor influencia en la comunidad global de la que le conferiría su potencial económico y militar”. EFE