Es importante constatar los alcances del reciclaje y, lo que se consigue desde su proceso: tela por botellas.
Pus sí, en “Baltra libre de plásticos” y en su aeropuerto, nominado como primer aeropuerto ecológico del mundo, se ha instaurado este proyecto de economía circular, que beneficia a madres solteras y al entorno natural de Galápagos: miles de botellas plásticas se recogen diariamente, para ser pasadas por máquinas aplanadoras que, luego serán enviadas al continente, para su procesamiento y conversión en tela. Cada uniforme utiliza 64 botellas y, en el año, se aspira recuperar 36.000 botellas. El plan de recuperación termina su círculo, cuando esas telas sean utilizadas en uniformes para los empleados del mismo aeropuerto de Baltra, cerrando así, el círculo completo.
Cuando el emprendimiento encuentra un espacio favorable y la capacidad de idear o producir algo nuevo en el ser humano, se generan estas posibilidades de desarrollar empresas que llenen los espacios para lograr recursos y estabilidad laboral para los seres humanos y, adicionalmente, el liberar a nuestras islas –Patrimonio de la Humanidad- del terrible lastre que es la existencia de plásticos en sus espacios maravillosos.
¡Bien por este emprendimiento singular, que avizora al ser humano, nuevas instancias de relación con su entorno! (O)