Discurseadores de oficio en la política, son aquellos que dicen cualquier sandez sin importar el auditorio, la crítica y la oposición de las ideas. Así fue la innombrable parodia que la alcaldesa Cynthia Viteri se mandó en la sesión solemne por el aniversario de la fundación de Guayaquil. Pidió sin ponerse más colorada, que el Ejecutivo entregue el doble de las asignaciones presupuestarias a los municipios del país. Así de fácil, como si los recursos, y el dinero cayeran del cielo.
Ella vive en otro mundo, en aquel en el cual la prehistoria de los políticos demagogos hace un festín, una broma que suscita conflictos graves. En esta sesión, su discurso para la reelección fue una de las tantas mentiras más que a los guayaquileños les han endosada durante dos décadas. La otra ciudad, la de la miseria, la que no tiene ningún servicio básico, ni aspira tenerlo al menos en el corto plazo, sufre el maniático olvido, y se reconforta cada elección con una camiseta o un par de libras de arroz.
Un discurso cómplice con la mayoría de la decrepita Asamblea Nacional (AN), fustigó a la prensa libre, a un gran periodista como Roberto Aguilar, que tuvo el pecado de investigar esa vida llena de dobleces y de contratos de dudosa acepción con su ex y actual marido, que han dejado teñida su gestión.
En esta reunioncita, el presidente de la AN, el nuevo comensal de la jorga de la desestabilización condecoró a Pierina Correa, por haber sido la primera mujer en ocupar el cargo de presidenta de la Federación Deportiva del Guayas, sin haberse dado el mínimo trabajo para escudriñar su gestión, los conflictos por el manejo administrativo, y su separación final del cargo. Saquicela, devolvió los favores a quienes le ayudaron a conseguir su aspiración de ser el jeque criollo del primer poder del Estado.
El marco conceptual del PSC en Guayas sigue siendo el federalismo tapiñado de separatismo. El modelo que se granjea seguidores, el populismo en su más alta expresión, del cual dependen para seguir en el poder seccional, que no da tregua para el cambio. Ahora, los opositores están divididos; al camaleón Jairala no le duró mucho el enamoramiento con UNES, que ya tiene al ex vicepresidente del BSC Alvarez como candidato, lo cual permitirá en el mediano plazo que el modelo socialcristiano persevere en la zona. Aunque en el país no tengan oficialmente poder, sabemos que de ellos depende la gobernabilidad, conociendo con absoluta claridad que el bienestar de la gente les importa un pepino. (O)