El Sábado anterior se celebró el Día Mundial contra la Trata y Tráfico de personas creado por la Asamblea General de las Naciones Unidas para “concienciar sobre la situación de las víctimas de tráfico humano y para promocionar sus derechos” Paralelo a ello la noticia que circuló la semana anterior sobre 48 mujeres rescatadas de una red de traficantes, la cual operaba en nuestro país y en el Perú, evidencia la pavorosa situación de las víctimas de este flagelo que permanece invisibilizado y que necesita con urgencia la mirada y el compromiso ciudadano. En su tesis de grado las licenciadas María Paz Carpio y su homónima María Paz Duran, hacen una severa y profunda investigación sobre este azote y citan que cinco de cada diez víctimas son mujeres adultas y dos niñas (Naranjo, 2011) sin embargo, las cifras han aumentado como lo demuestra la OEA siendo ¡nueve! de cada diez mujeres reclutadas con este fin, para lo cual se ha emprendido una campaña de capacitación de funcionarios en los municipios y afines. Según la especialista Belén Rodas el problema radica en que “las víctimas no se identifican como víctimas” pues el proceso comienza con un “novio” o parientes cercanos, los cuales las engañan e incitan a la prostitución y a las drogas. La mayoría de los casos son provocados por las condiciones de miseria en la que viven. Poner un rostro a cada víctima es la mejor manera para mirar e involucrarse en el problema
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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