Le toca al pueblo decidir en las urnas el futuro de la institucionalidad local, recuperando el potencial de Cuenca y el Azuay, aprendiendo experiencias positivas y negativas de resultados de comicios anteriores, que hemos visto de todo, candidatos triunfantes para una dignidad que a la ´primera oportunidad abandonan por otro cargo de designación o aspiración de elección popular, dejando reemplazo a personas que a priori no fueron elegidas, que con organizaciones serias políticas no habría inconveniente en seguir el programa y estilos de gobierno, ´pero eso es lo que sin duda carecemos en el país, con excepción discutible de dos agrupaciones que tienen influencia nacional por su adhesión o desaprobación.
En el calentamiento preelectoral, se han cumplido con elecciones primarias de obligatorio cumplimiento en el régimen democrático, con designaciones manipuladas por directivas de partidos que se juntan únicamente con este propósito y en otros casos esperan las ordenes de jerarcas nacionales o locales que definen a los ungidos, que hasta la fecha son 11 los aspirantes a la Alcaldía y 10 a la Prefectura del Azuay. Es lo que tenemos y asumimos como ciudadanos la expectativa de escuchar las propuestas de sus equipos de trabajo, que sean creíbles y factibles de ser llevadas adelante, para que apenas triunfantes no vengan con el cuento de que hay que ordenar la casa, que es lo correcto, pero siempre que este asunto no ocupe todo el periodo para el que fueron electos y terminen en quejas de la situación compleja para su gestión, producto de las malas administraciones anteriores.
Necesitamos claridad en los objetivos ciudad y provincia, que cambien la desazón ante la política de los ciudadanos, que puedan motivar la participación de la gente alrededor de aspiraciones comunes que impulsen el empleo productivo ante la nueva ola de la migración post pandemia, recuperar la tranquilidad en la urbe ante el embate de la inseguridad que pone los pelos de punta a propios y extraños en las actividades en cualquier lugar de la provincia y una añeja aspiración de contar con vías dignas para el Azuay en sus conexiones nacionales. (O)
