Con el anuncio de quienes serán los candidatos seleccionados, unos entre gallos y medianoche, otros, con matices extrañísimos en términos de que pretenden unir agua y aceite con la ayuda de algún factor tenso activo que permita absurdos. La praxis política se ha desvalorizado como nunca, el nivel y la calidad, la moral y la ética, el grado de preparación, la forma como se expresan; mejor dicho, no se les exige nada, lo cual, no ocurre con cualquier cargo o posición en la sociedad, en donde debe presentar títulos y méritos que adornan, aquí lo único es dinero y lengua que lamentablemente con sus 14 músculos permite engañar citando imposibles y repetidas mentiras como sucede con la construcción del nuevo estadio para Cuenca, obra con sabor faraónico que ha sido utilizada por varios candidatos en diferentes procesos electorales. Creo está vez no convencerán al elector con la preñez de aves.
La saturación de la politiquería llega a tanto, que mucha gente no quiere saber nada respecto de. Algunos interesados buscan trabajo, asunto de matices desesperantes y, por ello, gastan tiempo, trabajo y aportes. No olvidemos que en Ecuador se venden cargos de altas esferas y su cotización alcanza valores millonarios, ¿cuánto obtendrán para que inviertan cifras de escándalo.?
A dónde no llega esta pandemia que disemina la corrupción y lacera el desarrollo del país, en donde los más golpeados son las costras populares, los eternos engañados de la verborrea y el primitivismo de esta pobre democracia, en donde se “tuesta granizo” o se hace seco de lengua de colibrí.
La selección a los ungidos, forman verdaderos escuadrones de personajes sin ideología ni preparación, todos dicen tener espíritu de servicio, al final de los periodos se aprecia que el servicio fue para grupos de poder, mafias enquistadas y causantes del empobrecimiento de los ecuatorianos. (O)