Es de reconocer que en la década comprendida entre los años 2008 al 2018, se planificaron y ejecutaron obras importantes en el sector eléctrico ecuatoriano, encaminadas a garantizar la provisión de energía, priorizando la utilización de fuentes renovables, especialmente la hidroeléctrica, para diversificar la matriz energética, disminuir el consumo de combustibles fósiles causantes del cambio climático que ocasionan daños irreversibles al planeta.
La producción total de energía eléctrica del Ecuador en el 2018 alcanzó a 29.000 GWh, siendo energía hidroeléctrica renovable 21.000 GWh (72%), mientras que la no renovable o térmica es de 8.000 GWh (28%), con el primer objetivo en reducir su incidencia en los siguientes años.
El Señor Viceministro de Electricidad y Energía Renovable, Ing. Johnn Peralta, en esta semana expresó dos importantes políticas institucionales a seguir en los siguientes años para la generación de energía: 1) “Nuestro deber radica en cuidar las fuentes hídricas para asegurar la generación de energía a futuro, en beneficio de todos los ecuatorianos” y 2) “Como Ministerio estamos dispuestos a colaborar para que las zonas de influencia de los proyectos tengan un adecuado desarrollo”.
Curiosamente tanto los objetivos de transitar hacia energías renovables (Parque Eólico Minas de Huascachaca), como el cuidado de las fuentes hídricas y la atención hacia las parroquias y cantones vecinos, ya se aplican con rigor y pasión diariamente desde hace dos décadas en las centrales hidroeléctricas del Azuay y Cañar, administradas por ELECAUSTRO S.A., habiendo sido el Ing. Antonio Borrero Vega, su primer personero. La entidad en 23 años creció vertiginosamente siendo reconocida y galardonada dentro y fuera del país, especialmente por el respeto a la naturaleza y su apoyo social y productivo a las localidades vecinas.
En sus magistrales conferencias, explicaba la importancia de la Trilogía: agua, energía y alimentos, esenciales para el bienestar humano y el desarrollo sostenible de nuestras comunidades. Decía el agua es básica para la producción de alimentos y energía, pero también se requiere energía para la producción de alimentos y para el suministro de agua, por ello su manejo requiere organización, experticia, objetividad técnica y sobre todo conciencia social.
La gestión de la cuenca del Machángara es sin duda un excelente ejemplo de la aplicación eficiente de esta trilogía con la gestión integral de la cuenca, provisión de agua potable para el 60 % de los cuencanos, riego, caudales ecológicos, redistribución de utilidades entre las parroquias vecinas Checa, Chiquintad, cantón Cuenca y finalmente la generación de energía limpia en 32 MW para el desarrollo del Azuay.
¡Los vecinos a las centrales hidroeléctricas y los azuayos esperan que el nuevo Gerente de la entidad, Ing. Cristian Piedra Lazo, nominado por la Junta General de Accionistas continúe con esta línea de trabajo eficiente y ejemplar, sobre todo con responsabilidad social y cuidando el agua como prioridades substanciales!