La seguridad infantil es la base del trabajo del cuencano Eddi Peña, quien ha levantado su emprendimiento desde el suelo, mediante la instalación de pisos fabricados a base de caucho reciclado en áreas como parques, pistas atléticas, camineras o alrededor de piscinas.
Desde el año 2010 realiza esta actividad a nivel nacional con una técnica que aprendió en España, país al que emigró en 1999 cuando se desató el feriado bancario en el Ecuador, que conllevó a una crisis financiera. Sin embargo, decidió retornar a su natal Cuenca, cuando la depresión económica afectó a España en el año 2008.
“Cuando retorné, este tipo de pisos no existía en Ecuador, había hecho un estudio de mercado y pensé ‘vamos a ver qué puedo hacer en mi país”, cuenta Peña.
Este trabajo consiste en procesar el caucho reciclado, triturarlo y darle color para luego colocarlo en superficies, dando como resultado un piso estético, lúdico, pero sobre todo seguro, porque amortigua caídas y evita resbalones y lesiones.
Según el Ministerio del Ambiente, en Ecuador se desechan alrededor de 2,4 millones de neumáticos anualmente y cada uno puede demorar hasta 500 años en desintegrase, parte de este producto se utiliza como materia prima para elaborar el caucho encapsulado pigmentado, que Peña ha colocado en áreas de parques como Tarqui Guzho, Medio Ejido, El Cebollar y Totoracocha, entre otros.
“También hemos instalado este tipo de recubrimiento casi en todas las ciudades del país, en Quito, Guayaquil, Portoviejo, Ibarra y Loja, la única ciudad que nos falta por visitar es Esmeraldas”, menciona Peña, quien obtuvo el título de Tecnólogo en Seguridad Infantil en España, donde se especializó en la materia.
En superficies de 100 metros cuadrados, la colocación toma alrededor de dos días, sin embargo, este tiempo varía de acuerdo con los diseños que se solicitan, especialmente los infantiles, en los que se elabora rayuelas, letras y números de distintos colores. Además, los pisos de caucho seguros se colocan en instituciones educativas, geriátricos y canchas multipropósito, donde debido a su flexibilidad evita lesiones en los deportistas.
La producción ha retornado a niveles prepandemia hace un mes, luego de la reactivación económica que se da dado en los distintos sectores afectados por la crisis sanitaria de 2020.
Normativa
Como empresa, “Pisos de Seguridad Infantil” se sustenta en la Norma Española UNE-EN-1177, que establece las dimensiones, espacios, distancias, alturas, materiales utilizados, así como los elementos de juego instalados en parques infantiles y zonas públicas y privadas
“En el Ecuador no hay una normativa sobre seguridad en juegos para niños, pero se debe cumplir ciertos requisitos en estos espacios, eso lo aprendí en España durante varios años y nos guiamos por esas normas de la Unión Europea que engloban el diseño, la fabricación, la instalación, la inspección, el mantenimiento y el uso de equipamiento”, explica el empresario.
Los productos están elaborados con materiales libres de químicos, lo cual se considera una medida importante que garantiza la seguridad de los menores que están en contacto con los pisos.
Peña admite que el camino no fue fácil. Por el año 2010 instaló apenas 20 metros cuadrados de parque junto a su hermano, ahora, en lo que va del año ha colocado 15.000 metros cuadrados en todo el país, junto a un equipo de trabajo conformado por ocho personas. Asimismo, se generan empleos de forma indirecta a través de los proveedores.
“Las primeras instalaciones fueron importantes porque se hizo una muestra del producto, empezamos en parques pequeños y la labor tuvo acogida porque se vio la funcionalidad, además que salía de lo típico que era el adocreto, el cemento o la tierra y así varios municipios en el país nos abrieron las puertas”, menciona.
Con un capital semilla de 5.000 dólares, Peña dio inicio a su emprendimiento para el cual tuvo que importar herramientas y maquinaria desde España, así como fabricar sus propios equipos, entre ellos, una mezcladora de caucho. Luego, con la acogida de su propuesta por parte de distintos municipios, requirió una mayor inversión por lo que recurrió a créditos bancarios.
“Me tomó tres años aproximadamente la consolidación de la empresa, fue un proceso muy duro, en el camino muchos tiran la toalla, inicié con un capital propio, pero tengo créditos que aún estoy pagando”, concluye. (I)