La historia de cómo Tintín salvó a Hergé

Si existe alguien que marcó un antes y un después en el mundo de la historieta es Georges Prosper Remi, conocido a nivel mundial como Hergé. Dio vida al perspicaz periodista Tintín y a su leal compañero de cuatro patas Milú ambos protagonistas de “Las Aventuras de Tintín”, una revista que comenzó a circular el 10 de enero de 1929 en Bélgica.

Su vida ha estado llena de controversias. Se lo ha acusado de racista y antisemita por el contenido de las ediciones Tintín en el Congo, Tintín en América y La Estrella Misteriosa, en este último el villano de la historia es un hombre de origen judío. Sin embargo, de todas las acusaciones que Hergé y Tintín han tenido, solo una los llevó al exilio…

Al finalizar su servicio militar en 1927 regresó a Le XXème Siècle, el periódico donde había trabajado dos años atrás. Desempeñaba el cargado de fotógrafo e ilustrador de páginas especiales. Debido al talento que tenía fue nombrado director de Le Petit Vingtième, un nuevo suplemento para jóvenes.

Durante la ocupación Nazi de Bélgica, Hergé fue de los pocos periodistas que se mantuvo activo en sus publicaciones, incluso cuando Le XXème Siécle fue cerrado en 1939 debido a su fuerte carga conservadora y nacionalista. Ante esta situación comenzó a trabajar en un medio abiertamente nazi llamado Le Soir. Esta fue la época en la que más publicaciones de Tintín hubo.

Cinco años más tarde, cuando la ocupación finalizó, Hergé fue arrestado por diferentes grupos en cuatro ocasiones (la policía judicial, la Seguridad del Estado, el Frente de la Independencia y el Movimiento Nacional Belga), siempre con el argumento de ser aliado del nazismo.

A pesar de la compleja situación que experimentaba se mantenía orgulloso por como su estilo evolucionó y se adaptó a las condiciones de ese periodo. La escasez de papel lo orilló a publicar Tintín como una tira diaria de tres o cuatro viñetas, convirtiéndolo en un virtuoso del suspenso y de la economía del lenguaje, además, de un escapista de la realidad, todo con el afán de evitar controversias.

Fue así como Hergé y Tintín se mantuvieron exiliados durante dos años…

Posteriormente Raymond Leblanc, un editor y combatiente de la resistencia, le proporcionó apoyo financiero y las credenciales antinazis. Corto tiempo después se publicó la revista Tintín.

Esta publicación semanal contaba con dos páginas enteras de las aventuras de Tintín y tuvo una tirada superior a los 100.000 ejemplares semanales. Se especula que, de no haber publicado esta revista, que tenía contenido antinazi, Hergé hubiese enfrentado una condena judicial.

Tintín volvía a cumplir otra hazaña, esta vez salvando a su creador.

Los siguientes años fueron de arduo trabajo, pero también de mucha gratificación… El historietista belga se estabilizó a nivel económico, se volvió a casar e incluso viajó por todo el mundo. En 1973, Hergé recibió el Premio Saint-Michel y en 1977 le fue otorgada la Medalla Bermeja de la ciudad de Angulema, en Francia. En 1978 lo nombraron Oficial de la Orden de la Corona en Bruselas.

Un 3 de marzo de 1983, a los 75 años, debido a complicaciones tras haber contraído VIH en una transfusión de sangre, Hergé y Tintín mueren dejando incompleta la última aventura de Tintín: “Tintín y el Arte-Alfa”.

El joven periodista siempre fue una extensión de su autor, que, a pesar de los muchos desaciertos ideológicos que tuvo en su vida, siempre mantuvo como su insignia el trabajo honesto, la lucha contra el mal, la juventud como generador de cambio y sobre todo el valor de la libertad.

“No querría que otros continuarán a Tintín, no sería lo mismo porque Tintín soy yo”.

Por: Ibrahim El Khoury R. / @El_Khoury_R

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