Mi pueblo despide Agosto con cometas, no podía ser de otra manera, el domingo 28 de del presente mes, en el Ecoparque El Valle, se realizó el tradicional festival de cometas, acontecimiento que convoca a niños y adultos atraídos por la magia de formas y colores tomándose el cielo entre colinas del tradicional Tablón de Cochapamba, hoy convertido Ecoparque, sitio de recreación, educación y encuentro con las tradiciones.
Lugar mítico a dónde, desde que recuerdo en la infancia, acudimos a volar nuestras cometas con mis padres, mis hermanos, con mis primos y después, ya casi independientes de la tutela familiar, con los compañeros de la escuela, con los amigos y el infaltable “mi mejor amigo”; y, desde luego con nuestros perros, no eran mascotas, no había esa categoría, eran nuestros fieles acompañantes a dónde fuéramos. No es ninguna novedad, diría mi Abuela Felicia, si viera el festival de cometas en lo que fue su Tablón de Cochapamba, con el viento de Agosto los guambras de todos lados venían aquí a volar cometas, recordaría con regocijo, posiblemente añorando también, como nosotros, ese paisaje en secuencia de laderas de arena, relucientes al sol naciente, cenital y crepuscular, con verdes parches de llano y discreto matorral en donde pastoreaban nuestros rebaños y los de la vecindad; inusual lugar de desacostumbrado belleza, con sus riachuelos subterráneos, pailones y chorros, más tarde convertido en relleno sanitario y hoy en Parque Ecológico.
Es loable que el gobierno parroquial emprenda en la organización de este tipo de eventos que rescatan tradiciones ancestrales y en sus escenarios naturales, como en esta caso, las cometas en, el de antaño, Tablón de Cochapamba, mirador de las lagunas homónimas, inmensa explanada entre colinas en donde, ayer como ahora, pampa, viento y cielo son escenario de tanta ilusión infantil volando como sus cometas. (O)
