En nuestro país subsisten muchos y graves problemas. Pero, hay tres que son fundamentales: 1: Reformar a fondo las caducas leyes laborales para que permitan dar trabajo a los siete de cada diez ecuatorianos que no lo tienen. 2: Dar un tratamiento integral al tema de la delincuencia y la violencia. 3: Reformar totalmente el IESS. Mientras no se aborden esos temas, todo seguirá igual.
Tratar esos problemas en un país normal debería ser tarea del Poder Legislativo. Pero, con una Asamblea como la que tenemos, eso es imposible. No hay la menor posibilidad de que legisladores -como alguien decía- empeorables, trabajen con seriedad.
El problema que más preocupa a los ecuatorianos- no a los sabios analistas- es el desempleo y la inseguridad. Más allá de nombres que disfrazan la realidad (subempleo- empleo no adecuado), siete de cada diez ecuatorianos no tienen empleo fijo. La mayoría de ellos sobrevive en condiciones deplorables. Y, unos pocos optan por la delincuencia que les da la posibilidad de mejorar su situación económica. Jerarcas sindicales privilegiados no permiten reformas. Defienden a una minoría y no les importa la mayoría sin trabajo.
Falta de trabajo y delincuencia – incluido el narcotráfico- no pueden entenderse por separado. Crear fuentes de trabajo y hacer una gran inversión en el campo social es el camino que han seguido ya con éxito otros países. Se requiere el aumento de policías y su fortalecimiento. Pero…si de tiros se trata…la guerra la ganará la delincuencia y no el Estado.
Y, la seguridad social, demanda un cambio radical. No hacen falta más adjetivos para calificar el fracaso de esta institución convertida en un ejemplo de lo que no debe ser el país. No se trata de cambiar empleados o autoridades. Es un problema estructural cuya solución sería un hito histórico.
¿Podrán darse esos cambios a través de una Consulta Popular? Parece que no, pues muchos temas deberán pasar por la Asamblea y allí serán negados. Una Consulta que lleve a una Constituyente parecería ser el camino, si es que no se opta por la muerte cruzada, camino que parece no se usará. A grandes males, grandes soluciones. (O)
