El diálogo entre el Gobierno y las organizaciones indígenas fue suspendido el pasado 9 de septiembre con la presentación de las actas finales que recogen acuerdos y desacuerdos de las mesas de diálogo. El diálogo lleva vigente 60 días de los 90 días de plazo acordado por las partes, de esta manera, restan 4 semanas para la definición de acuerdos necesarios que den respuesta a las demandas sociales de los sectores interesados.
El trabajo que se ha llevado en las mesas ha tenido dificultades para empatar los diversos puntos tratados en el diálogo, pero también ha existido aciertos. El gobierno y la capacidad de escuchar y dar respuesta es necesaria, como también de las organizaciones indígenas que a su vez buscan un beneficio común y el cumplimiento de sus exigencias históricas. El diálogo no solo basta con la implementación de las mesas de trabajo, sino también, con un proceso de seguimiento a los acuerdos establecidos para su cumplimiento y control. Además, de una comunicación adecuada entre las partes en torno a la ejecución de los puntos. Ya que, si no se perciben los resultados esperados nos veríamos inmersos en la paralización del país.
Este proceso se encuentra a la expectativa de toda la población que ve urgente una pronta solución. Es por ello que, para lo que resta de la negociación se deben reconocer los puntos en común para construir a partir de ellos. Asimismo, las posiciones de las partes deben aceptar en ceder o conceder puntos para cumplir con la continuidad del proceso. (O)