Saladentro y la cultura

Tito Astudillo y A.

Los espacios de difusión cultural cumplen, en nuestra ciudad, un papel decisivo en el desarrollo y propagación de las artes en la medida que permite a los creadores, sean de artes plásticas, literatura, artes escénicas, musicales, meditación o espiritualidad, un encuentro y diálogo directo con el público, que es en definitivo a quién va dirigido todo trabajo creativo. La interacción entre autor, obra y público es definitiva en la validación de una obra de arte.

El movimiento cultural en nuestra ciudad, desde que recuerdo, siempre buscó y encontró en el sector privado y en el mecenazgo soportes fundamentales para su crecimiento y difusión como, en estos últimos tiempos, el apoyo de saladentro espacio multifuncional, en un bello sector, entre puentes, del Barranco del Tomebamba, entre el Puente Roto y Todos Santos, (Paseo 3 de noviembre y Bajada de Todos Santos) a orilla del río, ubicación que le vuelve más tradicionalmente cuencano, en armonía con una ancestral tradición poética morlaca de cantar al río. Una sala amplia y moderna, con excelente acústica y los servicios logísticos adecuados para hacer, de la presentación de una obra de arte, un encuentro amable entre el autor y el público como sucedió, el jueves ocho de septiembre, en la presentación de “El último arriero”.

Fue una demostración de solidaridad con las causas culturales, con sus actores y con la ciudad cuando las artes son parte de su esencia patrimonial; fue, en la práctica, una contribución a la construcción de la cultura del libro y la lectura, tan necesarios y cada vez más creciente, para superar el subdesarrollo. En lo personal una atención y una deferencia, muy especial, de Diego Jaramillo, qué aprecio y atesoro. Como no agradecer a saladentro, al público, familia y amigos, que hicieron posible la presentación de mi libro, con sala y corazón lleno. (O)