La violencia de los partidos y movimientos políticos para llenar los espacios públicos y privados de propaganda con la cual han iniciado la campaña electoral refleja que los comicios próximos serán un concurso de quienes más metros cuadrados de pintura colocan en muros; y por supuesto, número de vallas, lonas, camisetas, gorras y demás materiales, con nombres y rostros de personajes que van a la reelección; y otros, debutan en la arena política.
Recorrer las ciudades y carreteras del país, sobre todo en la costa, provoca indignación. La desesperación para hacerse conocer y llegar a ser tomados en cuenta por el pueblo, marca el siempre debatible “origen de los fondos”. Al CNE, que ya le conocemos por su ineficacia e ineficiencia, le importa un comino el adelanto de la campaña electoral y el gasto anticipado, porque curiosamente esas formas de publicitarse no se computan al final, sino solamente aquellas que tienen fondos de asignación marcadas en una normativa inaplicable, ínfimas cantidades de recursos, en comparación al despliegue de propaganda que no pasa ningún filtro de control. El plazo de inscripciones culmina a las 18:00h del próximo 20 de septiembre. Más bien da risa leer que los candidatos calificados, “podrán realizar campaña desde el 3 de enero al 2 de febrero de 2023”; y, participar en debates electorales planificados para el 14 y 15 de enero de 2023. Una burla más para el país.
De parte de la gran mayoría de aspirantes, no se evidencia ningún plan de acción. Las consignas que más pululan: “un futuro para tu ciudad”, “continuarán las obras”, “somos tus amigos”, “somos el partido de Correa” expresidente fugado y escondido en Bélgica, a quien precisamente condenaron por recibir fondos, de empresas como Odebrecht, a cambio de contratos e incidencia en el ámbito público, violando expresas disposiciones normativas de manejo de la licitud de recursos.
En estos días, se reacomodan las alianzas, también se apuran para encontrar el binomio perfecto para alcalde y prefecto; se arman las listas de concejales, que ahora encabezarán las damas; los relegados, que ingenuamente pensaron iban a ser ratificados, lucen enojados y despotrican contra sus originales padrinos; los asesores de imagen aparecen en las redes sociales, se hacen encuestas, se activa el tick tock, el Instagram, el twitter, el facebook. Hablan de tendencias, todos son politólogos y consejeros “infatigólogos” (como diría Les Luthiers). Ojalá que la conciencia llame a sus puertas y veamos algo de condumio. (O)